Crean un chip para tomarle la temperatura a los gatos y no usar el termómetro rectal

Estos dispositivos también ayudarán a que los veterinarios tengan más precisión en los diagnosticos

Los chips también sirven para rastrear a los animales. (Unsplash)

Una solución menos invasiva para tomar la temperatura a los gatos es el uso de chips. Este avance permite que los animales puedan ser revisados sin necesidad de impactarlos negativamente, generando estrés y agresividad en ellos durante una cita en el veterinario.

Medir la temperatura de estas mascotas es una tarea desafiante debido a la incomodidad que implica para los animales y a los problemas potenciales en la precisión de los resultados. Tradicionalmente, la temperatura se toma por vía rectal, un procedimiento que genera estrés en ellos.

Esta tensión puede elevar la temperatura de un gato en hasta 2 °C, lo que dificulta la obtención de una lectura precisa de su estado de salud. Además, en algunos casos, la sedación es necesaria, pero esto puede provocar alteraciones en la temperatura debido a los efectos de los medicamentos utilizados.

El chip diseñado para medir la temperatura de los gatos representa una solución importante a este problema. Similar a los chips de identificación utilizados comúnmente para mascotas, estos dispositivos se insertan bajo la piel del animal y proporcionan una forma menos invasiva de monitorear su temperatura corporal.

Los chips también sirven para rastrear a los animales. (Unsplash)

Un ejemplo de estos dispositivos son las versiones de MSD Animal Health: Termochip, Termochip Mini y Lifechip Petite, que permiten realizar un monitoreo del estado de salud del animal en diferentes situaciones como hospitalización, cirugía, seguimiento de tratamientos o consulta diaria, sin necesidad de la toma rectal y con la posibilidad de funcionar como un GPS en caso de que la mascota se pierda.

Estos chips no solo eliminan la necesidad de mediciones rectales incómodas, sino que también ofrecen ventajas adicionales. Pueden ser utilizados tanto en gatos como en perros, conejos y hurones, lo que amplía su utilidad.

Además, la colocación del chip es un procedimiento seguro y sin riesgos para el animal, lo que lo convierte en una opción atractiva para los dueños de mascotas preocupados por la comodidad y bienestar de sus felinos.

Ventajas de los chips

Los chips de temperatura han demostrado ser beneficiosos tanto para los gatos como para los propietarios y veterinarios. Algunas de las ventajas clave incluyen:

1. Menos estrés para los gatos

Medir la temperatura de un gato con un chip de temperatura es una experiencia mucho menos estresante para el animal en comparación con la toma rectal. La comodidad proporcionada por este método contribuye significativamente a la tranquilidad de las mascotas y mejora su calidad de vida.

2. Precisión en las mediciones

Al eliminar el estrés asociado con la medición de la temperatura, los chips de temperatura brindan mediciones más precisas y confiables. Esto es esencial para garantizar un diagnóstico adecuado y un tratamiento efectivo en casos de enfermedad o lesiones.

3. Evita la necesidad de sedación

Los gatos a menudo deben ser sedados para la medición de la temperatura rectal, lo que conlleva riesgos y efectos secundarios no deseados. Los chips de temperatura eliminan la necesidad de la sedación, evitando complicaciones innecesarias y promoviendo la seguridad y el bienestar de los animales.

4. Fácil disponibilidad

Los chips de temperatura están disponibles en la mayoría de las clínicas veterinarias, lo que hace que esta tecnología sea accesible para una amplia gama de propietarios de mascotas. Consultar con su veterinario local es el primer paso para aprovechar esta innovación en la atención de la salud animal.

Los chips también sirven para rastrear a los animales. (Unsplash)

Las complicaciones de diseñar un ChatGPT para entender a las mascotas

En un artículo de Current Biology, los neurobiólogos Yossi Yovel y Oded Rechavi, de la Universidad de Tel Aviv en Israel, dieron a conocer los obstáculos que enfrentan los investigadores en el camino hacia la creación de una plataforma capaz de traducir los sonidos y comportamientos de las mascotas en un lenguaje humano comprensible.

Uno de los retos más significativos es la diversidad de señales comunicativas que hay entre los animales. Los perros, por ejemplo, pueden aprender comandos humanos a través del entrenamiento, pero la IA tendría que ir más allá y entender las señales naturales que los caninos utilizan entre sí.

Además, cada especie animal tiene su propia gama de expresiones y vocalizaciones que varían según el contexto y la emoción. Por lo que lograr que una IA sea capaz de descifrar y traducir estas variantes sería un logro científico sin precedentes.

Otro obstáculo es la comprensión de las señales en diferentes contextos de comportamiento. No es suficiente que la inteligencia artificial pueda identificar una vocalización o un gesto en un escenario específico, también debe poder interpretar su significado en una variedad de situaciones.