El 5 de octubre de 2011, Steve Jobs falleció de cáncer de páncreas, dejando no solo una huella imborrable en la industria tecnológica, sino también una significativa fortuna que acumuló a lo largo de sus 56 años vida. Se estima que el recordado fundador de Apple y también de Pixar, poseía unos 10.200 millones de dólares al momento de su muerte.
Una cifra que podría haber hecho ricas a muchas generaciones de su familia, y, sin embargo, en su testamento solo figuraron dos personas y la mayoría de sus hijos no vieron ni un centavo de aquella jugosa herencia, al menos de manera directa.
En el documento se encontraba el nombre de Laurene Powell Jobs, la mujer que por más de 20 años fue la pareja y mano derecha del empresario; y Lisa Brennan, la que fue su primera y durante muchos años no reconocida hija. La idea era compensarla por tanto tiempo en el que había sido ignorada y dejada a su suerte.
Sus otros hijos, Reed Paul, Eve y Erin Sienna no figuraron en las últimas voluntades del visionario debido la filosofía con la que buscaba criarlos, fomentando un ambiente más modesto y con una relación saludable con el dinero. En su lugar, estableció un fideicomiso con restricciones para sus hijos, que se desbloquearía en etapas, fomentando su desarrollo personal y profesional.
Lo cierto es que gran parte de la inmensa fortuna que dejo Jobs hace 12 años ha ido a parar a la filantropía. La responsable del reparto fue la propia Laurene, que destinó el dinero a luchar contra la desigualdad de oportunidades y el cambio climático, entre otras causas.
La Fundación Emerson Collective
Laurene Powell Jobs ha llevado a cabo una parte significativa del legado filantrópico de Steve Jobs a través de la Fundación Emerson Collective. Esta organización sin fines de lucro se enfoca en abordar una variedad de cuestiones sociales y educativas, y ha financiado numerosos proyectos y programas a lo largo de los años.
Además, ha estado involucrada en temas que eran importantes para Jobs, como la reforma educativa y la inmigración. A través de la filantropía, Powell ha buscado tener un impacto positivo en la sociedad y honrar la memoria de su difunto esposo.
Una fortuna destinada a la filantropía
La muerte de Jobs en 2011 hizo que Laurene heredara el Steven P. Jobs Trust, un fondo que en la época poseía el 7,3% de las acciones de la Walt Disney Company y más de 138 millones de acciones de Apple, que hoy se representarían en unos 41.700 millones de dólares.
Y aunque Laurene Powell Jobs adoptó una estrategia de inversión activa para gestionar los activos heredados de su difunto esposo, como las inversiones que hizo en los Washington Wizards, una franquicia deportiva de la NBA; y también al medio de comunicación, The Atlantic. Lo cierto es que el crecimiento de su fortuna no ha ido de la mano del incremento de las acciones que heredó.
Mientras estas multiplicaron su valor por diez, se estima que Powell tiene en su cuenta de banco 14.000 millones de dólares, tan solo 3.800 millones más que hace 12 años. Sin embargo, esto no es un problema para esta profesional de 59 años que reconoce que con sus inversiones no busca generar mayores riquezas, sino que con ellas busca colaborar para una mejor sociedad.
En 2021, por ejemplo, fundó la Waverley Street Foundation, que apoya a las organizaciones que luchan contra el impacto del cambio climático. La empresaria aseguró que durante la próxima década donará la suma de 3.500 millones de dólares para la causa, mediante la fundación.