En el contexto de los años 70, la computación era un terreno principalmente dominado por grandes sistemas empresariales. La idea de una computadora personal en cada hogar parecía lejana hasta qué compañías como Apple y Microsoft tomaron la iniciativa para cambiar este paradigma. Uno de los momentos más importantes en este cambio fue cuando ambas empresas trabajaron en sincronía para diseñar el software de la Apple II en 1978.
Algo que parece impensable en la actualidad cuando se ha atribuido una dura competencia entre ambas tecnológicas; sin embargo, la realidad en esos años era diferente debido e incluso en un inicio no existía tanta rivalidad. De hecho fue la relación entre estos dos gigantes la que contribuyó al incipiente desarrollo y popularización de la computación personal.
Esto tuvo lugar durante la mitad de la década de 1970 cuando, Steve Wozniak, uno de los fundadores de Apple junto a Steve Jobs, creó el Integer BASIC; un intérprete para el lenguaje de programación BASIC (Beginner’s All-purpose Symbolic Instruction Code) que se popularizó en esa época. Este software se incluyó en los primeros dispositivos de Apple, sin embargo, tenía una limitación significativa debido a que no podía realizar cálculos de punto flotante, una función muy solicitada por los primeros usuarios de los ordenadores desarrollados por la manzana mordida.
Y dado que para ese momento Wozniak estaba ocupado con múltiples proyectos, la empresa decidió buscar ayuda externa para desarrollar un intérprete más avanzado. Justamente por aquel entonces, Bill Gates y Paul Allen habían fundado Microsoft y lanzado su primer producto, Altair BASIC, posicionando a la compañía como un referente en el mundo del lenguaje de programación BASIC.
Apple se puso en contacto con Microsoft, que licenció a Apple una versión de BASIC creada en ensamblador, posteriormente conocida como Applesoft BASIC. Este nuevo intérprete se presentó inicialmente en formato de casete en enero de 1978 y se integró en la ROM de un dispositivo de Apple en 1979, concretamente en el Apple II Plus.
Una colaboración beneficiosa
Gates vio la oportunidad que representaba colaborar con Apple en este proyecto. Ya para 1978, Microsoft se había establecido como una empresa prometedora en el desarrollo de lenguajes de programación. Su producto más exitoso en aquel momento era el intérprete BASIC, que ya se había utilizado en otras máquinas.
El trabajo en el software para la Apple II presentó desafíos únicos. Las restricciones de hardware de la máquina, como su limitada memoria, hacían que el diseño del software fuera una tarea complicada. Además, el equipo de Microsoft tuvo que adaptar y optimizar el BASIC para que funcionara eficazmente en la Apple II.
Microsoft entregó un producto que no solo cumplía con las especificaciones técnicas, sino que también fuera amigable para el usuario. El software permitía a las personas realizar una variedad de tareas, desde programación hasta procesamiento de texto, estableciendo un nuevo estándar para lo que una computadora personal podía hacer.
La colaboración fue beneficiosa para ambas partes. Apple recibió un software robusto y fiable que contribuyó al éxito comercial de la Apple II. Por otro lado, Microsoft ganó visibilidad y estableció un precedente para futuras colaboraciones con fabricantes de hardware.
Es relevante destacar que el software de Microsoft para la Apple II fue uno de los primeros en introducir a los usuarios al concepto de una “interfaz de usuario”, aunque rudimentaria según los estándares actuales. Este paso fue vital para la evolución posterior de las interfaces gráficas de usuario, que eventualmente se convertirían en una característica estándar en la computación personal.
La relación entre Microsoft y Apple continuó evolucionando, aunque tomaría rumbos diferentes en las décadas posteriores. Sin embargo, el proyecto del software para la Apple II en 1978 demostró cómo la colaboración entre empresas podría acelerar el desarrollo y la adopción de nuevas tecnologías.
De hecho, la influencia de este proyecto se extiende hasta hoy. Las lecciones aprendidas y las innovaciones logradas han influido en cómo se diseñan y se utilizan las computadoras personales en la actualidad y también establecieron un modelo para futuras colaboraciones entre empresas, un aspecto esencial para el rápido avance del sector.