Cargar el celular es una necesidad inherente a su uso. Muchas veces llegamos a lugares como aeropuertos, hospitales, centros comerciales o restaurantes y no tenemos batería, por lo que optamos por usarlo las conexiones de este espacio público, sin saber que estamos corriendo riesgos de seguridad.
Este tipo de práctica puede llevar una situación llamada juice jacking, en la que los ciberdelincuentes se pueden aprovechar de nuestro desconocimiento para atacarnos y robar nuestra información durante ese tiempo de carga que creemos funciona igual que en nuestra casa.
¿Qué es el Juice Jacking?
El juice jacking es una forma de ciberataque en la que los delincuentes aprovechan los puertos de carga USB públicos para infiltrar virus o programas de espionaje en los teléfonos móviles. Estos puertos de carga, comunes en centros comerciales, aeropuertos, hoteles y otros lugares públicos, no solo suministran energía a los dispositivos, sino que también pueden transferir datos. Este hecho fundamental se convierte en la puerta de entrada para los ciberdelincuentes.
Cuando un usuario conecta su teléfono a uno de estos cargadores públicos, los atacantes pueden aprovechar la oportunidad para instalar malware en el dispositivo o robar información personal. Esta amenaza ha sido tan significativa que incluso el FBI ha emitido advertencias para alertar a los ciudadanos sobre los peligros asociados.
Los riesgos
Los problemas de cargar el celular en lugares públicos van más allá de la simple descarga de energía, y son los siguientes:
- Infección por malware: uno de los riesgos más graves es la posibilidad de que un ciberdelincuente instale un virus en el dispositivo. Una vez que el teléfono está conectado al puerto USB público, los atacantes pueden aprovechar la conexión para infiltrar software malicioso que puede robar los datos, rastrear las actividades o incluso bloquear el dispositivo.
- Robo de información: los atacantes pueden utilizar el juice jacking para robar información personal y sensible, como contraseñas, números de tarjetas de crédito, fotos y mensajes. Esta información puede ser utilizada para el robo de identidad o extorsión.
- Espionaje: los atacantes pueden aprovechar la conexión para instalar aplicaciones espía en el dispositivo, lo que les permite monitorear las actividades y recopilar información confidencial sin el conocimiento del usuario.
- Propagación de Virus: si el teléfono se infecta con un virus a través del juice jacking, puede convertirse en un vector de propagación involuntario. De esta forma, cuando se vuelva a conectar el celular a otros sistemas como una computadora personal, es posible transmitir el virus sin saberlo.
Medidas de Prevención
Afortunadamente, existen medidas preventivas que los usuarios pueden tomar para mitigar estos riesgos al cargar el celular en lugares públicos:
- Configuración del teléfono: cuando se conecte el celular a un puerto USB público, hay que asegurarse de configurarlo para permitir solo la carga y bloquear la transferencia de datos. Tanto para usuarios de Android como de iOS, se ofrecen opciones para establecer esta configuración.
En Android, generalmente aparece una notificación emergente que te permite seleccionar “Solo carga”. En iOS, se te preguntará si se confía en el dispositivo al que se está conectando. En este caso, hay que seleccionar “No confiar” para evitar la transferencia de datos.
- Uso de adaptadores de carga: otro método efectivo es utilizar un adaptador de carga entre el teléfono y el puerto USB público. Estos adaptadores bloquean la transferencia de datos y permiten solo la carga.
- Minimizar su uso: la medida más efectiva es evitar el uso de cargadores públicos siempre que sea posible. En su lugar, saber administrar los tiempos para cargar el celular en casa antes de salir o llevar una batería portátil para emergencias. Esto reduce significativamente la exposición a todos los riesgos.