Los seis intentos internacionales por regular la IA: ¿cuáles son y qué tan beneficiosos serían?

El MIT ha evaluado los alcances que pueden llegar a tener los tratados internacionales que buscan reglamentar el uso de la inteligencia artificial

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Con la petición de altos políticos estadounidense al G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá) de adelantar una serie de reglamentaciones que ayuden a regular la inteligencia artificial de cara a la generación información errónea y utilización como herramientas de spam y estafa, el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en internet), ha analizado seis trabajos de legislación internacional que intentan cubrir este tema.

El tratado vinculante del Consejo Europeo

El Consejo adelanta un tratado
El Consejo adelanta un tratado vinculante. Philippe Stirnweiss/European Par / Dpa

Desde inicios de este año, la organización europea, de la que son miembros 46 países, ha estado trabajando en un tratado vinculante que explore una regulación de la IA que respete y entienda los límites de los derechos humanos, del Estado y Estado de derecho.

El acuerdo podría añadir prohibiciones temporales en tecnologías que representan una amenaza para los derechos humanos, como la tecnología de reconocimiento facial.

En su artículo 1 se definen las resposabilidades que cada integrantes del Consejo Europeo tendria: “cada Parte deberá tomar las medidas necesarias en su legislación nacional para dar efecto a los principios, reglas y derechos establecidos en esta Convención”.

Para el MIT, el tratado es un gran avance dado que también invita a otros países a unirse a las mesas de negociaciones como Estados Unidos, Canadá, Israel, México y Japón. Así como Reino Unido y Ucrania. No obstante, el hecho de cada Estado tenga que adaptarlo a su lesgilación nacional, podría atrasar su verdadera aplicación.

Los principios de la Ocde

La Ocde se ha involucrado
La Ocde se ha involucrado a través de unos principios para el uso de la IA. Photo: Britta Pedersen/dpa-Zentralbild/dpa ECONOMIA INTERNACIONAL Britta Pedersen/dpa-Zentralbild/

Hace cinco años, los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), acordaron adoptar un conjunto de principios no vinculantes que establecen algunos valores que deberían sustentar el desarrollo de la IA.

El primer artículo que se titula “Crecimiento inclusivo, desarrollo sostenible y bienestar”, menciona que se debe “reconocer que es una prioridad orientar el desarrollo y el uso de la IA hacia la prosperidad y resultados beneficiosos para las personas y el planeta.”

Asimismo, todos los principios tienen un enfoque hacía el desarrollo económico. Sin embargo, este también su talón de Aquiles, ya que según el experto consultado por el MIT, Phil Dawson, “el mandato de la OCDE como organización internacional no es crear regulaciones sino estimular el crecimiento económico”, en consecuencia, “traducir los principios de alto nivel en políticas viables requiere mucho trabajo por parte de cada país”.

La Asociación Global sobre IA

La iniciativa concebida por el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, dio lugar al Global Partnership on AI (GPAI) en 2020, un organismo internacional creado con el propósito de compartir investigaciones e información sobre la inteligencia artificial, promover la colaboración en investigación responsable en el ámbito internacional y contribuir a la formulación de políticas de inteligencia artificial en todo el mundo. Esta entidad cuenta con la participación de 29 países, incluyendo algunos de África, América del Sur y Asia.

No hay que negar que la idea es un gran avance, pero el MIT observa que su único trabajo notable fue cuando colaboró con el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas. En 2023 no hay difundido ningún trabajo.

Acta de Inteligencia Artificial de la Unión Europea

El MIT lo califica como “una regulación exhaustiva” que tiene como objetivo supervisar los usos más “de alto riesgo” de los sistemas de inteligencia artificial. Propuesta por primera vez en 2021, esta ley regularía la IA en sectores como la atención médica y la educación.

El proyecto de ley podría imponer grandes multas y evitar la venta y el uso de tecnología de inteligencia artificial que no cumpla con las normas en la UE. Por su dureza, el Instituto de Tecnología de Massachusetts cree que pasarán al menos un par de años antes de que el proyecto atraviese el sistema legislativo de la UE y entre en vigencia.

FOTO DE ARCHIVO: Banderas de
FOTO DE ARCHIVO: Banderas de la Unión Europea frente a la sede de la Comisión Europea en Bruselas, Bélgica, 21 de agosto, 2020. REUTERS/Yves Herman

Estándares técnicos industriales

La Organización Internacional de Normalización (ISO) ha elaborado estándares que abordan la manera en que las compañías deben lidiar con la gestión de riesgos, llevar a cabo evaluaciones de impacto y administrar el desarrollo de la inteligencia artificial (IA).

Hay que poner sobre la mesa que la mayoría de los estándares son generales y se aplican en diferentes industrias, “a mucha gente le preocupa que los formuladores de políticas... simplemente dejen muchas de las preguntas difíciles sobre las mejores prácticas en el desarrollo de estándares industriales más concretos”, dice Phil Dawson.

La mismas Naciones Unidas

Desde el 2021 y a través de la Unesco, la ONU ha incentivado a sus países miembros a que se comprometen, por ejemplo, a introducir evaluaciones de impacto ético para IA, analizar el impacto ambiental de la IA y garantizar que promueva la igualdad de género y no se utilice para vigilancia masiva.

FOTO DE ARCHIVO: El edificio
FOTO DE ARCHIVO: El edificio de la sede de las Naciones Unidas con el logotipo de la ONU, en el barrio de Manhattan de la ciudad de Nueva York, Nueva York, Estados Unidos. 1 de marzo de 2022. REUTERS/Carlo Allegri

Una de las ventajas de esta instrucción es la inclusión más latente de países del Sur Global, pero La ONU también tiene un historial poco deseable en lo que respecta a la tecnología, por ejemplo, el primer intento de la organización de coordinar la tecnología global fue un “fiasco”, según dice el MIT: el diplomático elegido fue suspendido solo cinco días después de un escándalo de acoso.

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