Albert Fox Cahn, fundador y director ejecutivo de Surveillance Technology Oversight Project, compartió un artículo en la revista Insider titulado “La inminente crisis de adicciones alimentada por la inteligencia artificial”. En dicho texto, Cahn relata su experiencia al descubrir anuncios de Adderall en su feed de instagram durante la pandemia.
En ese tiempo, se encontró inicialmente escéptico ante la aparición de un ingenioso video de 30 segundos que prometía una manera “súper fácil” de obtener medicamentos para el TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Sin embargo, a medida que el algoritmo continuaba mostrándole más anuncios relacionados, su curiosidad fue despertada.
Para su sorpresa, descubrió que la promoción de medicamentos era real.
“A diferencia de los numerosos anuncios incompletos de suplementos del mercado negro, la startup de telesalud llamada Cerebral, que estaba detrás de los anuncios, ofrecía un camino legal para acceder a medicamentos recetados”, dice.
Estas nuevas empresas de telesalud están utilizando anuncios dirigidos agresivamente para vender medicamentos que generan dependencia, lo que plantea preocupaciones no sólo para aquellos que buscan drogas recreativas, sino también para las personas en recuperación que podrían verse tentadas a recaer.
Además, destaca que la combinación de inteligencia artificial y capitalismo de vigilancia ha permitido a los anunciantes tener acceso a una gran cantidad de datos y utilizar herramientas precisas para impulsar las recetas.
A su vez, menciona que las leyes de privacidad no han logrado mantenerse al día con esta situación, advirtiendo sobre la posibilidad de enfrentar otra crisis de salud pública si no se toman medidas de intervención.
Lanzar antipsicóticos como caramelos
En este punto, Fox destaca las similitudes entre esta situación y la crisis de los opioides, y menciona cómo Purdue Pharma utilizó marketing agresivo basado en datos para influir en los patrones de prescripción de los médicos en el caso de OxyContin, advirtiendo que las empresas de telesalud actuales podrían seguir tácticas similares, comercializando medicamentos altamente adictivos como Adderall.
El autor también señala que los prescriptores en línea, al actuar como médicos, pueden prescribir medicamentos sin necesidad de ser persuadidos por representantes farmacéuticos. Esto plantea preocupaciones sobre la falta de protección para los pacientes y la responsabilidad que recae en ellos mismos para salvaguardar su bienestar.
Resalta entonces los mensajes de aviso de médicos sobre la creciente crisis de adicciones relacionada con las anfetaminas recetadas, y el impacto que los anuncios dirigidos han tenido en las tasas de prescripción de Adderall.
Además, menciona que las empresas de telesalud también comercializan otros medicamentos altamente adictivos, lo que representa un riesgo para aquellos que ya luchan con adicciones a los sedantes y otros medicamentos.
El autor señala que la publicidad en línea, con la ayuda de la inteligencia artificial, se dirige a personas que están a punto de comprar, pero estas empresas no pueden distinguir quién está en recuperación o quién es adicto. Esto plantea riesgos considerables cuando el producto anunciado es peligroso.
Prohibir anuncios dirigidos
Frente a la situación, señala que las consecuencias de las tácticas agresivas de marketing de Cerebral han tenido un impacto significativo. Después de que los medicamentos para el TDAH representarán el 20% de su negocio y alcanzarán una valoración de $4.8 mil millones, la compañía experimentó una caída.
El CEO fue despedido, muchos empleados abandonaron la empresa y se recibieron citaciones de los fiscales federales. Además, varios socios farmacéuticos dejaron de surtir las recetas de la compañía, lo que llevó a la suspensión de la oferta de medicamentos para el TDAH, agrega.
“Es posible que, como sociedad, hayamos llegado a aceptar ser acosados por anuncios dirigidos, pero las consecuencias son mucho más graves cuando el producto en sí es un peligro”, agrega.
El autor expone que las regulaciones más flexibles durante la pandemia de COVID-19 son parte del problema. La suspensión de la Ley Ryan Haight, que requería una visita en persona antes de recetar medicamentos de la Lista 2, incluyendo medicamentos adictivos como Adderall, OxyContin y Xanax, eliminó las protecciones contra los abusos en línea.
Aunque la suspensión está programada para expirar en noviembre de 2023, no hay garantía de que no se retrase su reversión. Mientras tanto, numerosas empresas competidoras están aprovechando esta situación. Se han recibido anuncios de medicamentos para el TDAH de la empresa de telesalud rival Done, y se han observado anuncios dirigidos en Instagram, TikTok y Twitter que promocionan desde aplicaciones para su cuidado hasta Adderall e incluso psicodélicos como la ketamina.
En ese sentido, señala que la solución no es revertir las normas de la telemedicina, sino buscar un enfoque equilibrado. Se deben mejorar los requisitos de admisión y evaluación, realizar auditorías a empresas con alto volumen de recetas de medicamentos adictivos y establecer regulaciones que prohíban los anuncios dirigidos a estos medicamentos.
Finalmente, ha propuesto revisar la publicidad de medicamentos por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para garantizar su veracidad y validez científica. Además, insiste en que se requieren reglas que prohíban los anuncios dirigidos a medicamentos que pueden causar adicción.