Cómo ser el mejor padre gamer y entregar una vida extra a nuestros hijos

Iván Marín y Rippy Rizza cuentan la experiencia que han vivido con sus hijos a Infobae

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El comediante comparte tiempo con su hijo jugando videojuegos.

Hoy la población que disfruta de los videojuegos está más equilibrada que hace 30 años. Un estudio de The Competitive Intelligence Unit encontró en México que la cantidad de gamers entre los 31 y 40 años es del 51,7% y de los 21 a los 30 años del 77,4%, lo que quiere decir hoy gran parte de los padres disfrutan de este hobby y tienen un punto en común con sus hijos.

Quienes crecimos en los años 90 y principios de los 2000 seguramente tuvimos la oportunidad de tener nuestra consola como un regalo de navidad, de cumpleaños o porque un amigo nos la prestó. En ese momento el mercado apuntaba al público infantil, al ver los videojuegos como un divertimento para los menores.

Aquellos niños ya crecimos, estudiamos, conseguimos un trabajo y hoy tenemos una familia. Sin embargo, los juegos nunca salieron de nuestra vida y ahora parecen ser parte de la herencia que vamos a dejar a nuestros hijos, que crecen en medio de Roblox, Fortnite, Fall Guys, Free Fire…

Ser padre gamer tiene sus ventajas y se pueden aprovechar para mejorar la crianza de nuestros hijos, sin dejar de lado nuestras horas de juego y pasar tiempo con ellos.

Kratos y Atreus tienen una de las relaciones más fuertes entre un papá y su hijo en el gaming.
Kratos y Atreus tienen una de las relaciones más fuertes entre un papá y su hijo en el gaming.

La vida cambia, pero la pasión por los videojuegos, no

Antes del nacimiento del hijo la vida es otra. Hay tiempo para uno mismo, hay más orden en casa, más dinero para gastar en diferentes actividades, las prioridades son otras y en general cada día pasa apuntando a uno mismo o a las relaciones de pareja, trabajo y estudio.

Pero tras ese día en el que la espera de nueve meses termina, todo cambia para siempre.

Eso no implica nada negativo en sí. Las prioridades cambian, pero la vida no se acaba y al contrario se abre un mundo de posibilidades que jamás pensamos. Ahora estamos a cargo de un pequeño ser y hacia él apunta (casi) todo.

Las horas de juego disminuyen, el volumen del televisor tiene que bajar y la cantidad de juegos comprados puede que se reduzca, mientras que al mismo tiempo crece una ilusión por esperar que ese niño o niña crezca para enseñarle a jugar.

Hoy los videojuegos son parte inherente del crecimiento de un menor. Sin importar que un padre no tenga una consola en casa, por medio del celular va a tener acceso, los amigos lo invitarán a jugar o en la televisión sus personajes favoritos hacen referencia a ellos. Así que estar del lado de los que tienen un mando en la mano, permiten comprender este contexto y tener herramientas para ayudar a nuestros hijos.

Entendiendo que no hay una fórmula que garantice que X horas de juego al día lo ayudará a ser un mejor estudiante o que X título le permitirá un mejor aprendizaje. Porque el punto clave está en el acompañamiento y estar del lado de ellos para guiarlos.

Iván Marín con su hijo, con quien comparte los videojuegos como un hobby en conjunto. (Instagram)
Iván Marín con su hijo, con quien comparte los videojuegos como un hobby en conjunto. (Instagram)

“Los videojuegos son una cosa más de las que me vinculan con mi hijo. Desde niño me gustaban mucho, pero con el tiempo las responsabilidades me impidieron jugar más, hasta que llegó mi hijo, y ahora los videojuegos son una oportunidad de compartir tiempo”, contó Iván Marín, comediante colombiano, a Infobae sobre su rol como padre gamer con su hijo adolescente.

Un panorama similar al que vive Mariano ‘Rippy’ Rizza, periodista argentino de videojuegos, con su hijo de cuatro años, quien también ve este hobby como un trabajo, por lo que hace diariamente su padre y por ahora no se interesa tanto en estar jugando constantemente, pero cuando lo hace sus padres están allí.

“Cuando él nos pide el celular para jugar, tratamos de acompañarlo, para ayudarlo si tiene preguntas, le surge alguna curiosidad o podemos profundizar en el tema”, aseguró.

El periodista asegura que le permite conocer mejor los gustos de su hijo.

Cómo sacar provecho de los videojuegos

Es verdad que la exposición a las pantallas debe hacerse de forma controlada y escalonada. Hoy es imposible escapar de una rutina que no las involucre y llegará el momento en el que nuestros hijos tengan que estar solos frente a un televisor, un celular o un computador.

Lo que se debe hacer es sacar provecho de ellas. Con los videojuegos las opciones son variadas, que van más allá de pasar tiempo con ellos disfrutando algo juntos.

“Un padre puede aprovechar los videojuegos para fortalecer un montón de habilidades en sus hijos, por ejemplo: la solución de problemas. Hay un montón de videojuegos que nos ponen en situaciones donde tenemos que decidir, lo que puede ayudar a resolver situaciones y poder entender también mi hijo, cómo ve la vida, cómo ve el mundo y cómo toma una decisión”, afirmó Laura Patiño, psicóloga y docente de la Universidad Konrad Lorenz, en Bogotá.

En ejemplos reales, Iván Marín contó que hace unos años jugando God of War 3 con su hijo tuvo que explicarle una escena con contenido sexual. “Lo importante fue que estuvimos los dos juntos ahí, a diferencia de cómo me tocó descubrir muchas cosas a mí solo. Me gustó mucho poder haber estado para él en ese momento”.

Rizza también cuenta que quiere que su hijo conozca de videojuegos porque son un arte, así como el cine y la literatura, y son una forma de aprendizaje más pulida que hace unos años.

“Cuando éramos chicos, los videojuegos eran cuadrados, porque tenían la parte educativa, pero no la divertida. Hoy hay un montón de juegos que tienen ambos componentes. Veo en un futuro al gaming dentro de las aulas, con el acompañamiento de los docentes y los padres”, contó.

Riipy Rizza con su hijo de cuatro años, quien ve los videojuegos como su solo el trabajo de su padre. (Instagram)
Riipy Rizza con su hijo de cuatro años, quien ve los videojuegos como su solo el trabajo de su padre. (Instagram)

A esto también añade Patiño, que el gaming le sirve a los padres para aprender a poner límites, hacer negociaciones con ellos y potenciar otro tipo de conductas ajenas a los juegos.

“Yo no quiero satanizar la tecnología porque me parece que digamos que meter a un niño en una burbuja. Pero el acceso debe ser de manera progresiva. Uno como padre debe tener control sobre eso, encontrar como ese equilibrio y no utilizar la tecnología para quitarme la carga de en un momento de pataleta, porque un Nintendo Switch no va a ayudar a gestionar la emoción del niño, lo tienen que hacer los padres”, dijo Patiño.

Ser padre gamer es una oportunidad única. Quienes crecimos yendo a una tienda con amigos a pasar algunas horas jugando, hoy podemos sacar provecho de estos años de gaming para acompañar a nuestros hijos, pasar tiempo con ellos, aprender de lo que les gusta, enseñarles sobre lo que hemos vivido y potenciar las habilidades que hay en ellos para que los videojuegos se conviertan en un aliado en la crianza.

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