Demis Hassabis, cofundador y director ejecutivo de DeepMind, empresa de inteligencia artificial de Google, aseguró que su equipo está trabajando en un sistema llamado Gemini, que será mejor que ChatGPT de OpenAI.
Este modelo aún está en fase de desarrollo y es similar a la tecnología GPT-4, que es la que actualmente alimenta a la versión paga de ChatGPT y la última lanzada por esa organización. Uno de los puntos diferenciales de esta nueva IA es que tendrá capacidades como la planificación y la resolución de problemas.
Según las declaraciones del directivo, publicadas en Wired, el sistema contará con “innovaciones nuevas que van a ser bastante interesantes” gracias a la integración de la tecnología AlphaGo, que es un software que basa su aprendizaje en la solución de problemas difíciles y de realizar varios intentos, como tomar decisiones en juegos de mesa o en videojuegos.
Gemini, la IA del futuro de Google
Como respuesta al crecimiento de ChatGPT, la empresa lanzó hace unos meses Bard, un chatbot que permite a los usuarios realizar solicitudes, recomendaciones o hablar a través de inteligencia artificial. Esta tecnología se integrará en otras herramientas de Google, como Gmail, Drive y Docs.
Otras de las medidas recientes fue la integración de DeepMind al equipo de investigación de IA interno de la compañía para impulsar el desarrollo de estos sistemas, y uno de los primeros resultados de esa unión es Gemini.
Este proyecto aún no está listo para lanzarse al mercado, pero Hassabis cree que será mucho mejor que el modelo que hace funcionar a ChatGPT gracias a la integración de AlphaGo, un sistema en el que ya venía trabajando Google y que usa aprendizaje por refuerzo.
Este tipo de modelo aumenta la exigencia de la IA para llevarlo a tomar decisiones complicadas, por lo que debe realizar varios intentos e ir mejorando en las siguientes respuestas. Junto a esta tecnología implementaron un método llamado búsqueda de árbol para explorar y recordar posibles variaciones.
El objetivo de la combinación de estos sistemas es llevar al modelo de lenguaje a que ejecuten más de una tarea en internet y en los computadores.
El entrenamiento de una inteligencia artificial como la de GPT-4 puede llevar meses y requiere una alta inversión. Según el CEO de OpenAI, ese proyecto tuvo un costo superior a loas 100 millones de dólares. Además, requiere de una amplia base de datos que provenga de libros, páginas web y más fuentes de software, para que el sistema sea capaz de responder con precisión.
Por ese motivo, desde DeepMind están implementando métodos que permitan a la IA aprender de su entorno y que no se limite al texto, como lo hacen los humanos y los animales.
Riesgos de la inteligencia artificial
A diferencia de otros expertos en el sector que creen que el desarrollo de la IA se debe pausar para evitar su uso indebido, Hassabis considera que es necesario continuar con el descubrimiento para determinar los alcances de esta tecnología, especialmente en áreas como la salud y el clima.
“Si se hace correctamente, será la tecnología más beneficiosa para la humanidad. Tenemos que ir tras esas cosas con audacia y valentía”, aseguró el directivo.
Eso no significa que desde la compañía no tengan los riesgos que hay en medio de este desarrollo y por eso desde hace varios años, antes de que ChatGPT se volviera tendencia, hay un área dedicada a la seguridad de la inteligencia artificial.