La tendencia de los vehículos eléctricos ha llevado a que la mayoría de empresas del sector opten por sacar una línea especializada ya que tiene un enfoque ambiental, sin dejar de lado la eficiencia de la movilidad y la velocidad.
Un ejemplo reciente es Panasonic que confirmó el desarrollo de baterías cilíndricas de iones de litio para los vehículos de Mazda, que llegarán al mercado durante los próximos siete años tras ser fabricadas en sus plantas de Japón y América del Norte.
Por su parte, Mazda instalará dichas baterías en los vehículos eléctricos que tiene previsto lanzar en 2025.
Masahiro Moro, director y Senior Managing Executive Officer de Mazda Motor Corporation, aseguró que “hay un proceso de tres fases para responder con flexibilidad a los cambios en las tendencias regulatorias, las necesidades de los consumidores y otras áreas. Seguiremos contribuyendo a frenar el calentamiento global a través de diferentes iniciativas como la estrategia de electrificación”.
Mientras esta tecnología se despliegue de manera masiva en Latinoamérica, es importante conocer cómo funcionan estos autos, especialmente en aquellos que centran su impulso en la electricidad y no en mecanismos híbridos.
Autos con baterías eléctricas
Estos son dispositivos que almacenan electricidad y la utilizan para alimentar el motor del vehículo. Las baterías se cargan conectándolas a una fuente de energía, que puede ser casera o en puntos específicos, iguales a las estaciones de gasolina.
Estas pilas se activan cuando el auto se enciende, liberando la electricidad guardada para impulsar las ruedas. A diferencia de los vehículos de combustión interna, los eléctricos no dependen de combustibles fósiles y emiten menos gases de efecto invernadero, lo que los convierte en una opción más ecológica.
En su mayoría, las baterías usan tecnología de iones de litio. El carro cuenta con un grupo de pilas, cada una con una capacidad específica, y están todas interconectadas para conformar la batería general.
Según el número de pilas individuales, su tamaño y la forma en las que están organizadas, se determina cuánta energía puede almacenar en kilovatios-hora, que es la manera de medir el rango de tiempo y distancia de autonomía del vehículo.
La duración de la carga ha ido mejorando con el desarrollo de esta tecnología, por lo que actualmente están diseñadas para durar y degradarse lentamente. Se estima que la vida útil puede superar los 160.000 kilómetros, llegando hasta los 320.000 kilómetros en algunos casos. Esto permite que los fabricantes den garantías de al menos ocho años.
Dentro de las ventajas que ofrece este sistema de almacenamiento e impulso, está la aceleración de los vehículos, que es mucho más rápida que la de aquellos que usan combustión interna. Además, los autos son más ligeros al conducir.
Aunque también hay ciertos riegos. Uno de ellos es generar un cortocircuito en las baterías y afectar su funcionamiento. Por eso las marcan han creado sistemas de protección para cubrirlas de agentes externos y mantenerlas en la temperatura adecuada para su funcionamiento.
Uno de los conejos que dan para maximizar la vida útil de las pilas es evitar cargar el auto a máximo, manteniéndolo en rangos de entre el 50 y 80%. Esto reducirá el estrés térmico y evitará temperadas altas.
Qué tan ecológicos son estos carros
Si bien en países como el Reino Unido se ha reducido un 12% las emisiones contaminantes con el uso de estos vehículos, hay ciertos cuestionamientos sobre el verdadero aporte ambiental que hacen las baterías eléctricas.
El principal de ellos es qué sucederá después de que una pila se descargue por completo. A diferencia de las baterías de plomo-ácido de los vehículos con motor de combustión interna que se reciclan a gran escala, con los autos eléctricos no sucede lo mismo.
Actualmente, solo el 5% de estas pilas se reciclan en el mundo, porque el proceso es muy costoso, por lo que el camino que han optado los fabricantes es en reutilizar algunos componentes internos.
Otro aspecto importante es que en China, Tailandia, Polonia y Alemania, los principales países donde se fabrican estos vehículos eléctricos, se producen emisiones contaminantes. Aunque el auto no es nocivo, su proceso de creación sí lo es en esas zonas.