Asus lanzó hace poco su nueva línea de portátiles de videojuegos donde está la ROG Strix Scar 18, pero como está en constante la industria gaming, probamos este PC que promete un apartado técnico de gama alta.
Características técnicas
Antes de contar la experiencia vale la pena destacar el apartado técnico.
Este portátil tiene varias características de los últimos lanzamientos de otras marcas como el procesador Intel Core i9 de 13° generación y la tarjeta gráfica GeForce RTX 4090 de Nvidia.
Esto lo acompaña una memoria RAM de 16 GB y una de almacenamiento de 1TB; y una pantalla IPS con hasta 240 Hz de tasa de refresco.
Asus agregó una serie de modos de trabajo para dividir su rendimiento y que el usuario pueda escoger qué quiere en cada momento: uno que de relevancia al procesamiento, otro al rendimiento o uno que sea silencioso.
Apartados que se pueden modificar con teclas de acceso directo desde el teclado o con una aplicación propia, desde donde se configuran otros aspectos como la iluminación del teclado, chasis, la tasa de refresco y demás.
Rendimiento al jugar
Al tener tantas características técnicas de alto nivel, su precio es elevado y para un gamer casual o que invierta menos de 15 horas de juego a la semana, puede ser demasiado.
El Strix Scar 18 está hecho para quienes quieran estar haciendo cambios entre las configuraciones de un juego y otro, por eso la aplicación propia ofrece diferentes perfiles para que esas modificaciones sean más sencillas de realizar.
Para nuestra prueba jugamos títulos de varios tipos, desde experiencias online como League of Legends y Halo Infinite, hasta juegos single player como Atomic Heart y Forza Horizon 5 que permiten configuraciones altas para sacar provecho del computador.
Sobre las experiencias online, el punto más disfrutable fue su pantalla, que al alcanzar una tasa de refresco de 240 Hz entrega unas horas de juego muy fluidas, con alto nivel de detalle en la imagen. Sin embargo, eso solo se cumple cuando el computador está conectado a la energía, porque al usarlo sin conexión la tasa baja a 60 Hz.
Con los juegos single player lo mejor fue llevar el computador al punto más exigente para que procesara los gráficos. La experiencia fue satisfactoria al dar un resultado vivo e inmersivo con la iluminación, los destellos y colores.
Al igual que la experiencia anterior, esto solo se aprovecha con el portátil conectado a la energía. Además, al ejercer un trabajo de tanta exigencia el ordenador hacía mucho ruido y produce mucho calor, por lo que es obligatorio dejarlo en una mesa y tener auriculares, aunque estos apartados nunca afectaron el rendimiento de los juegos.
Un PC para usuarios específicos
Este es uno de los portátiles más completos actualmente pero sus mayores problemas son los que suelen tener laptops gaming como el calentamiento, su peso (que lo hace poco portátil), la necesidad de estar conectado a la energía y la imposibilidad de realizarle actualizaciones de hardware para que la inversión no se quede corta en unos cinco años.
Estas son las características en las que el mercado sigue buscando solución porque a nivel de rendimiento, calidad de imagen y experiencia de juego es un dispositivo que funciona bien.
Así que para evaluar tenerlo o no, se debe responder a la pregunta cuál mi perfil de usuario.
Para aquellos apasionados por modificar su computador, un portátil nunca será el camino más adecuado, pero si la idea es tener lo mejor del mercado y que esas configuraciones duren cinco o seis años, una opción así puede ser lo más conveniente.
También, hay que preguntarse qué tanto provecho se le va sacar a todo ese robusto apartado técnico y los tipos de juego que se van a disfrutar, para entender si una inversión menor es entonces lo más adecuado.
Teniendo en cuenta que el Strix Scar 18 puede costar 20% más que un computador con un procesador y tarjeta gráfica de generación anterior, como el Legion 7i de Lenovo, que tiene un óptimo rendimiento para juegos con altos requisitos, se debe plantear el jugador si quiere pagar por nuevas características técnicas o si está dispuesto a ceder en algunos ajustes por presupuesto al ser menos exigente.