A diferencia del mundo físico, las plataformas en línea requieren una constante identificación. En la vida cotidiana basta con un registro ante las autoridades que será para toda la vida, pero en el espacio digital cada plataforma solicita un usuario y en él se genera un perfil diferente.
A esto se le llama identidad digital, un término que ha tomado importancia en el contexto de la ciberseguridad, porque no solo están en riesgo los datos de cada usuario, sino también, su imagen y la posibilidad de ser suplantado.
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En el podcast HumanOS de Infobae se dan varias recomendaciones para entender este concepto y saber cómo cuidar la información que está en línea, que es la clave que desprende los diferentes riesgos.
Identidad digital
Este término se define como el conjunto de información que hay de cada persona en internet, ahí se agrupan temas como perfiles en redes sociales, publicaciones, comentarios, likes, amistades, búsquedas, cuentas bancarias o suscripciones.
Es una lista larga que Sebastian Stranieri, CEO y fundador de VU, invitado al podcast, resume en que es “todo lo que nos permita, a través de nuestro comportamiento, biometría y dispositivos, identificarnos de manera dinámica”.
La construcción de este perfil puede darse de forma directa o indirecta.
En el primer caso, sucede por medio de las publicaciones o datos que se suben a una red social o una página web en general. En el segundo, es información que se construye por medio de navegación o búsquedas, que se conjugan y desde ahí es donde se genera la publicidad dirigida, por ejemplo.
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Stranieri también comenta una manera en la que compartir una identidad digital se puede hacer en un espacio seguro. Esto sucede a través del blockchain, en este espacio un usuario tiene el control de quienes acceden a su información, dándoles permiso de verla y saber quien es.
El experto pone un ejemplo de uso con un contrato de arrendamiento, que a través de esa tecnología no necesita ser enviado para que lo lean, lo firmen y lo devuelvan. Si no que la persona tiene la capacidad de dar acceso al perfil para que allí se haga el trámite.
“La identidad digital la vemos asociada a dar vuelta al lugar donde depositamos la propiedad de los activos digitales de los individuos. Por lo que (en este caso) el usuario no tendría que preocuparse por limitar el acceso o por quitarle la posibilidad de replicar esa información”, dijo Stranieri.
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Cómo no poner en riesgo la identidad digital
Evitar estar en internet es complicado. Más allá de no tener redes sociales, muchos trámites se realizan por ese medio y cada vez es más frecuente la necesidad de acceder a la red para estudiar, trabajar, comunicarse y entretenerse.
Para Stranieri la manera más extrema de no correr riegos con la identidad digital es no estar en redes sociales. “Si no se quiere estar en el mundo online, hay que salir de las redes, o sobre todo las que son muy tóxicas en temas de ciberseguridad, como TikTok, que está tomando información del portapapeles del dispositivo y saca un montón de datos”, dijo.
Pero para encontrar soluciones menos drásticas, el consejo que da es no publicar nada de lo que uno se pueda avergonzar en el futuro, sobre todo información acerca de los hijos porque “al momento de publicar esa imagen se está dejando algo que él no va a poder borrar”.