Verdad o mentira: poner imanes en la nevera consume más energía

Para cuidar el refrigerador es importante cerrar bien la puerta y no ubicarlo cerca a la luz del sol

Guardar
Los imanes no son un
Los imanes no son un problema para el electrodoméstico, a no ser que obstruyan el cierre de la puerta. (Unsplash)

Una creencia casera es que colocar imanes en la puerta de la nevera o refrigerador hará que consuma más energía, lo que es un problema económico y un desgaste del electrodoméstico. Pero esta consecuencia en realidad no existe.

El mito ha estado presente por generaciones y aunque son objetos magnéticos que se adhieren a la puerta de metal, la energía y el calor que generan no son lo suficientemente significativos como impactar en el consumo de energía.

“Si hablamos de imanes de nevera convencionales que se fabrican de ferrita, crean un campo magnético bastante débil. Sin embargo, ahora se puede comprar otro tipo de imanes, de neodimio, hierro y boro, que son lo suficientemente potentes como para afectar los equipos electrónicos. En estos casos es mejor utilizar imanes de ferrita”, aseguró Yuri Mijailovski, profesor de física, a la agencia Sputnik.

Tampoco hay ninguna consecuencia en su funcionamiento que afecte negativa o positivamente alguna operación de la nevera. Lo que hace que poner estos elementos decorativos sea seguro, a no ser que alguno obstruya el cierre de la puerta, algo que si es un problema porque el refrigerador recibirá aire caliente y deberá trabajar más.

Caso contrario sucede con los computadores, según Mijailovski. Estos dispositivos si pueden sufrir al tener imanes cerca, porque el disco duro que usa tiene “los principios de la grabación magnética” y un “magneto potente con su campo puede desmagnetizar el disco, así que hay que tener cuidado y no colgar imanes al lado de él”.

Le puede interesar: La realidad virtual estaría afectando la visión por esta razón

Los imanes no son un
Los imanes no son un problema para el electrodoméstico, a no ser que obstruyan el cierre de la puerta. (Unsplash)

Qué prácticas sí pueden afectar el consumo de energía

Decorar un refrigerador con imanes no es una preocupación, como sí lo son otras costumbres que suelen tener las personas con este electrodoméstico y que sí representan un impacto en el consumo energético día a día.

Una de las comunes es abrir y cerrar la puerta constantemente. Es normal que se abra para buscar un producto y luego se nos olvide otro más que necesitábamos. Pero hay que reducir al máximo ese error porque la nevera hará el mismo proceso de activación cada vez que se mueva la puerta y eso representa mayor consumo.

También suele ser un error la ubicación de la nevera. Siempre se debe optar por un espacio fresco, que no esté expuesta a la luz directa del sol, a un horno o a la estufa, ya que esto implicará más trabajo para mantener la refrigeración.

A estas prácticas se le debe sumar un constante mantenimiento interno y externo, verificar que esté operando de forma correcta sin generar picos de temperatura o apagados imprevistos. Además de limpiar secciones de ventilación y el congelador, en caso de ser una nevera frost que produzca mucho hielo.

Le puede interesar: Este es el nuevo balón de la NBA que promete la última tecnología

Los imanes no son un
Los imanes no son un problema para el electrodoméstico, a no ser que obstruyan el cierre de la puerta. (Unsplash)

Cuánta energía consumen los electrodomésticos

Un hogar medio de dos personas consume unos 3.050 kilovatios hora al año, explica el servicio de asesoramiento energético de los centros del consumidor alemanes.

Según una encuesta realizada por la Asociación Federal de Industrias de la Energía y el Agua (BDEW) para el año 2021, los aparatos electrónicos de consumo, como los televisores y las consolas de juegos, representan el 28 por ciento, es decir, algo más de la cuarta parte del consumo total de electricidad.

A modo de comparación: según este estudio, el lavado y el secado de ropa consumen un 14 por ciento de la electricidad, la iluminación el 13 por ciento y los frigoríficos y congeladores el 11 por ciento. Le siguen la cocina y el lavavajillas, con un 9 y un 8 por ciento respectivamente. Estos valores suman un total del 55 por ciento.

Guardar