Los electrodomésticos se han convertido en los últimos 100 años en los mejores amigos de los seres humanos, gracias a su eficiencia al momento de desarrollar tareas del hogar que en otrora, no solo eran difíciles de hacer sino que también exigían mucho tiempo.
Así, por ejemplo, la llegada de la plancha eléctrica, la lavadora o el lavavajillas le significó a millones de personas un descanso en medio de las tareas del hogar, pues solo era necesaria una buena conexión a una toma eléctrica y saber configurar los botones de las máquinas para poder gozar de todos sus beneficios, tanto en optimización como en tiempo.
Sin embargo, como ocurre con toda nueva tecnología, siempre hay algunos ‘baches’ que impiden tener una completa satisfacción con los electrodomésticos, especialmente con aquellos que deben usar agua y electricidad para su correcto funcionamiento. En medio de un mundo que sufre por el cambio climático y la escasez de agua, siempre será importante contar con estrategias que permitan ahorrar el preciado líquido sin que esto afecte de forma negativa los trabajos de los aparatos eléctricos.
“Es necesario que los electrodomésticos que tenemos en nuestro hogar sean una inversión que nos permitan tener resultados de manera práctica y fácil, mientras la economía del hogar se ve beneficiada”, explicó Samsung, por medio de un comunicado.
Por esto, en esta ocasión Infobae trae una guía con la cual ahorrar agua y energía del lavavajillas, un electrodoméstico que empieza a tomar fuerza en la región y del cual aún se desconocen algunos trucos para lograr asear de forma óptima la loza sin afectar de forma crítica el medioambiente.
Usar la carga adecuada
Muchas veces las personas suelen colocar pocos platos para mucha agua o viceversa en su lavavajillas, lo que puede afectar de forma crítica su funcionamiento en el futuro, además de, por supuesto, o consumir demasiada agua o demasiada electricidad. Por esto, es recomendable tratar, en lo posible, colocar una carga completa de platos sucios dentro del aparato antes de iniciar su funcionamiento. Ahora bien, actualmente es posible graduar el sistema de acuerdo al número de platos o demás utensilios que se quieran lavar; solo es cuestión de configurar de forma óptima el lavavajillas y evitar así que se pueda dañar o que simplemente no realice un buen lavado.
Abrir la puerta
En la mayoría de los casos, los lavavajillas suelen usar un exceso de energía al finalizar el proceso de lavado ya que cuentan con una configuración de secado con calor que, en caso de no abrir la puerta a tiempo, puede durar varios minutos, gastando más electricidad de lo que en realidad se requiere. Por esto, para poder reducir el consumo de energía, lo único que hay que hacer es abrir la puerta del electrodoméstico justo cuando se dé fin al ciclo de lavado y que así pueda salir el vapor. De esta forma se garantiza un secado óptimo de la vajilla y se cuida el bolsillo para cuando llegue la próxima cuenta de electricidad.
Aseo constante
Aunque el lavavajillas utilice agua y jabón, esto no significa que no sea necesario limpiarlo de vez en cuando, teniendo en cuenta que el hecho de que lave los platos no es sinónimo de que este se “autolave” también; así se evita que la máquina se fuerce de más y utilice más energía y agua de la que debería usar.
“Limpie su lavavajillas con regularidad para evitar que el brazo rociador y el filtro se obstruyan con residuos de jabón, incrustaciones de cal y partículas de alimentos, lo que podría reducir la eficiencia y puede obstaculizar los ciclos de lavado”, añade Samsung.
Por último, el consejo más importante: en caso de no observar cambios en el gasto de agua o electricidad con estos tips, lo ideal es ir pensando en adquirir un nuevo lavavajillas con tecnología que permita por sí solo pensar en el cuidado del medioambiente y, por supuesto, de su bolsillo.
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