Los agujeros negros son uno de los fenómenos espaciales que más atraen el interés de la ciencia, no solo en esta época sino desde varias décadas atrás, especialmente por la “magia” y “oscuridad” que los rodea. “¿Tienen fin los agujeros negros y si lo tienen, qué hay al otro lado?”, son algunos de los cuestionamientos que más ha atraído a los físicos teóricos contemporáneos.
Por esto, cada vez que se revela un nuevo descubrimiento sobre los agujeros negros ante los ojos de los científicos, este se convierte en una razón de celebración. Dar con un nuevo dato, por más pequeño o insignificante que parezca, se traduce en un paso más para poder llegar a entender este fenómeno del universo.
Ejemplo de esto es la nueva visualización que logró captar un grupo de científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), en España, en la que se puede evidenciar la forma en que un agujero negro realizó un proceso de alimentación nuclear en medio del espacio exterior.
Almudena Prieto, líder del proyecto de investigación, aseguró que la alimentación de este agujero negro ubicado en la galaxia NGC 1566 se registró gracias a la “existencia de unos filamentos de polvo largos y estrechos que envuelven y alimentan los agujeros negros que se encuentran en el centro de las galaxias”. Es decir, de acuerdo con el IAC, la existencia de estos filamentos es la razón por la que los centros de las galaxias empiezan a oscurecerse cuando el interior de los agujeros negros se encuentra activo.
Asimismo, el instituto informó que para lograr las imágenes que dieron con este descubrimiento fue necesario contar con la ayuda de varios telescopios como el Hubble, el Very Large Telescope y del telescopio chileno Atacama Large Millimetre Array (ALMA).
“Esta red de telescopios nos proporciona una perspectiva completamente nueva de un agujero negro supermasivo gracias a las imágenes en alta resolución angular y a la visualización panorámica de su entorno, ya que nos permiten seguir el desvanecimiento de los filamentos de polvo precipitándose en su interior”, indicó Prieto.
La luz detrás de un agujero negro
Cabe recordar que, hace algunos días la ciencia logró un nuevo hito en la historia al descubrir lo que expertos han tildado como “la primera detección de luz detrás de un agujero negro”. De acuerdo con el científico investigador del Instituto Kavli de Astrofísica y Cosmología de Partículas en Stanford y el SLAC National Accelerator Laboratory, Dan Wilkins, un agujero negro supermasivo ubicado a 800 millones de años luz de la Tierra mostró una imagen que nunca antes se había registrado: un destello de rayos X, muy diferente a los que se habían observado en otras oportunidades, los cuales presentaron un tamaño más pequeño y colores muy distintos.
Así, de acuerdo con el experto, este sería un descubrimiento que comprobaría una de las bases de la teoría de la relatividad de Albert Einstein: la luz detrás de los agujeros negros. Aunque para Wilkins, “cualquier luz que entra en ese agujero negro no sale, por lo que no deberíamos poder ver nada que esté detrás de él”, también es claro que el hecho de que se pueda observar este fenómeno es porque “ese agujero negro está deformando el espacio, doblando la luz y retorciendo los campos magnéticos alrededor de sí mismo”.
“Hace cincuenta años, cuando los astrofísicos comenzaron a especular sobre cómo podría comportarse el campo magnético cerca de un agujero negro, no tenían idea de que algún día podríamos tener las técnicas para observar esto directamente y ver la teoría general de la relatividad de Einstein en acción”, manifestó por su parte dijo Roger Blandford, coautor del artículo que explica cada uno de los detalles de este asombroso descubrimiento.
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