En los últimos años se ha venido hablando de un tema relevante para todas las personas que usan internet: su privacidad en la red. Por esto, es importante prestar atención a herramientas que filtran la información personal de los internautas a terceros, tales como las famosas cookies de Google.
Este tipo de software lo que hace es que permite crear una base de datos especializada para todos los usuarios en la web, en la que se registra prácticamente cada uno de sus pasos o recorridos en internet. Con las cookies, las compañías pueden filtrar su publicidad entre los gustos de cada persona y otras características un poco más privadas: dirección, sexo, número de IP, tipo y marca de dispositivo electrónico desde el que se conecta, duración de cada sesión y hasta la hora en que ingresa a la red.
De esta forma nació y creció la economía digital presente hoy en día en internet y que se beneficia de los análisis que se realizan de cada uno de los datos obtenidos sobre las personas. La publicidad dirigida es la forma de economía más importante en la web, y tiene como producto la información de cada usuario, o lo que es lo mismo, al usuario en sí.
En consecuencia, Google ha optado por suspender las cookies como respuesta a las incesantes críticas sobre la violación a la privacidad y como forma de crear espacios seguros en los cuales sus usuarios pueden navegar con total confianza.
Un año más
La iniciativa del ‘gigante’ del internet de retirar las cookies de su navegador (Chrome) nació como idea en 2019, y se plasmó como plan en 2020, cuando anunció la fecha de retiro definitiva de esta herramienta: principios de 2022.
Ahora bien, en los últimos días se conoció que Google decidió retrasar la fecha para finales de 2023, casi dos años en relación con lo planteado en un principio, acusando que los reguladores e industria publicitaria le han pedido un poco más de tiempo para saber con certeza cuál será el paso a seguir cuando las cookies desaparezcan por completo.
“Pese a los considerables avances realizados, resulta evidente que todo el ecosistema necesita más tiempo para llevar a cabo este proceso como es debido”, explicó Vinay Goel, director Ingeniería de Privacidad de Google.
De acuerdo con Goel, el hecho de que Google no piense en reemplazar las cookies con “identificadores alternativos para rastrear a los usuarios que naveguen por la red”, hace aún más difícil que la publicidad se siga manteniendo como la fuente económica más importante de la web, con movimientos que en 2020 superaron los 260 mil millones de dólares.
“Debemos avanzar a un ritmo responsable, concediendo el tiempo suficiente para que se discutan públicamente las soluciones más idóneas y para que los editores y el sector publicitario puedan migrar sus servicios”, añadió el directivo de Google.
¿Qué es FLoC?
Ante la negativa de Google de implementar nuevas formas de rastreo individual en Chrome, el mundo digital se preguntó en algún momento cuál sería la nueva estrategia de esta compañía para proteger la privacidad de sus usuarios, sin afectar de forma impresionante al mercado publicitario en internet.
En respuesta, Google añadió una nueva sigla al lenguaje virtual: FLoC (Federated Learning of Cohorts, o aprendizaje federado de cohortes). En pocas palabras, FLoC se trata de una iniciativa con la que se busca crear grupos de personas en la red con base en los gustos e intereses que reporten sus historiales de búsqueda.
Cada uno de los conjuntos sería formado por unas mil personas, todos incluidos de forma anónima y sin mecanismo alguno para que las empresas de publicidad los puedan reconocer de forma individual. Así, se da un espaldarazo a la industria publicitaria en Chrome sin descuidar el objetivo principal: cuidar al máximo la privacidad de las personas en la red.
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