“Felicidad” obligada: el régimen facial que aplican empresas chinas a sus trabajadores

Con cámaras de “reconocimiento de sonrisas” se busca fortalecer la felicidad de los empleados en famosas empresas de tecnología con sede en China, como Canon.

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La idea de Canon es
La idea de Canon es mantener la felicidad en el espacio de trabajo. Foto: Canon Information Technologies

La felicidad en la oficina es uno de los ítems que toda empresa debería buscar, con el fin de lograr paz mental en cada uno de sus empleados y por ende mejorar la productividad de la compañía. Muchas organizaciones buscan alcanzar esta situación casi que utópica por medio de modelos de trabajo que impulsan el crecimiento personal y familiar de sus colaboradores a la par con el desarrollo y cumplimiento profesional.

Sin embargo, es imposible lograr que todos y cada uno de los trabajadores permanezcan con una sonrisa en sus rostros durante las horas que duren en la oficina; tendrían que obligarlos.

Pues ese parece el plan de Canon, una de las empresas de tecnología más importantes del mundo, que desarrolló una estrategia que puede parecer abusiva o controladora: en las instalaciones de Canon Information Technology, en China, se instalaron una serie de cámaras que con ayuda de la Inteligencia Artificial (IA) reconoce las sonrisas de los empleados. De esta forma, la compañía se asegura de que solamente los trabajadores que muestren una sonrisa ante la cámara sean los que puedan ingresar a sus oficinas. El trabajador que quiera participar de una reunión tendrá, sí o sí, que sonreír.

Pero esto no es todo. En un reciente informe de The Financial Times, se reportaron las acciones que las empresas chinas realizan en contra de la privacidad y tiempo de los empleados durante su actividad laboral. Por ejemplo, los empleadores vigilan de forma juiciosa y constante el historial de las aplicaciones que usan los trabajadores; hacen un rastreo de movimientos por fuera de las instalaciones físicas de la empresa y hasta usan cámaras de vigilancia para cerciorarse que las personas cumplan a ‘rajatabla’ con su hora de almuerzo.

Varios empleados trabajan en una
Varios empleados trabajan en una fábrica de productos para bebés en Dongguan (China). EFE/ Aleksandar Plavevski /Archivo

¿Abuso laboral normalizado?

Aunque este tipo de noticias sorprendan a las personas de este lado del mundo, pareciese que esta clase de estrategias ya no es tomada como un abuso en el espacio laboral chino; de hecho parecen haberse normalizado.

En 2020, Canon Information Technology hizo oficial y público el anuncio de la creación y uso de las cámaras de “reconocimiento de sonrisas” con el objetivo de mejorar la gestión del equipo humano en sus instalaciones. No obstante, lo que parecía ser la “crónica de una muerte anunciada”, no tomó mayor relevancia entre sus empleados. La noticia pasó desapercibida, demostrando de esta forma que las herramientas de control laborales parecen haberse hecho normales en ese país.

“Los algoritmos y la inteligencia artificial no están reemplazando a los trabajadores. En cambio, la gestión está siendo aumentada por estas tecnologías”, explicó el profesor del King’s College de Londres, Nick Srnicek, a The Financial Times.

En pocas palabras, se están normalizando prácticas en las que la Inteligencia Artificial actúa como fiscal, juez y verdugo de los trabajadores. Según los expertos, el objetivo con la IA no es solo controlar a los trabajadores sino robar su humanidad. Hace tan dependientes a las personas de sus trabajos, que al acelerar los procesos de las máquinas son los empleados los que se concientizan que son ellos quienes deben adaptarse a la tecnología y no la tecnología a ellos.

“Las tecnologías están aumentando el ritmo de las personas que trabajan con máquinas en lugar de al revés, como sucedió durante la revolución industrial en el siglo XVIII”

Con todo esto, las cámaras de “recononocimiento de sonrisas” no terminan siendo uno de los peores males en la vigilancia de los empleados. En la obviedad de su control se halla una ventaja que los trabajadores pueden aprovechar. Por el contrario, otras técnicas como herramientas de vigilancia integradas en suites de oficina, que pasan desapercibidas por las personas y que han crecido con la pandemia, son las amenazas más latentes pero menos detectadas por los trabajadores en el planeta.

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