En la Argentina el 96% de las personas considera que el beneficio del home office será un diferencial a la hora de elegir la empresa donde desean trabajar. Al 67% de los profesionales en relación de dependencia le gustaría continuar trabajando remotamente después de la pandemia. Son datos de una nueva investigación de la plataforma Workana realizada entre abril y mayo de este año.
El 94% de los entrevistados en relación de dependencia señaló que es posible trabajar con foco en resultados, como así también cumplir todas las tareas sin la necesidad de estar en una oficina 8 horas por día. El 65% de los gerentes señala que promoverá el trabajo remoto. El 59,1% de los líderes de empresas, inclusive antes de la pandemia, siempre incentivaron el home office. Sin embargo, solo el 36,3% de los empleados afirma que el trabajo remoto era incentivado en las empresas antes del aislamiento social.
“Es necesario un cambio de mindset en equipo, incluso para dejar pensamientos como el que si uno hace home office en un viernes, es porque quiere trabajar menos, por ejemplo, como si fuera algo malo. Querer evitar el traslado hasta la oficina y poder estar tranquilo cuando termine el trabajo es una gran ventaja del trabajo remoto y no hay porque verlo de una manera negativa. Pero lamentablemente es el tipo de pensamiento que tenían muchos empleados de empresas antes de la pandemia”, señala a Infobae Guillermo Bracciaforte, jefe de operaciones de la plataforma.
Por otro lado, para el 35,2% de los profesionales el trabajo post pandemia será más flexible y el éxito de las tareas será medido por el resultado ofrecido, y no por las horas trabajadas. Para el 17,2%, habrá más libertad y autonomía en el trabajo, y más que nunca, los jefes tendrán que volverse líderes. El 16,4% cree que la empresa deberá tener una comunicación más transparente para que el empleado esté alineado con sus objetivos.
Para el 28,6% de los líderes, el desafío estará en generar más flexibilidad en las horas de trabajo para garantizar el equilibrio entre la vida y el trabajo. Para el 14,3% de ellos, tendrán que ofrecer una solución para ayudar a los padres y madres que trabajan en su casa con sus hijos.
Además, para garantizar la continuidad del trabajo, el 35,7% de las empresas deberá mejorar la tecnología y la conectividad. Para el 7,1%, será una prioridad actualizar computadoras y servidores para que los empleados puedan usarlos normalmente desde sus casas.
“Creo que habrá mucho más teletrabajo del que había antes, pero no el que hay ahora. Hay un montón de gente que no puede hacer teletrabajo y existen personas que se están esforzando mucho trabajando desde sus casas, pero estarían mucho mejor en una oficina. Existen malos ambientes pero también se generan muchas cosas positivas que en lo remoto es difícil reemplazar”, señala a Infobae Pablo Fernández, coautor del libro La fábrica de tiempo junto a Martina Rua.
Comunicación y nuevas habilidades
“Es difícil comunicar bien dentro de una oficina y eso se complejiza mucho más de manera remota, mucho se hace por chat. El seguimiento de proyectos es mucho más desafiante a distancia y ni hablar de la fatiga de Zoom. Si tenés siete horas de Zoom a diario, es mucho más intenso que las reuniones presenciales. El desafío pasa por la comunicación y organizar mejor el tiempo, teniendo en cuenta las particularidades de trabajar en casa, versus el moverte por la ciudad", señala Fernández.
En este sentido, destaca la importancia de que las personas sean muy claras con sus equipos sobre cuál es el teléfono rojo de la urgencia. "No puede ser que haya 10 canales para transmitir algo urgente. No puede ser que sea por Slack, WhatsApp, Telegram, mail, DM de Twitter... Hay que definir además qué es lo urgente. Y todo lo que pueda ser asincrónico, mejor”, agrega.
El mundo laboral post COVID-19, según el reporte de Workana, será el del trabajo professional-centric, en donde los profesionales deberán desarrollar más soft skills como pensamiento enfocado en soluciones (19,2%), adaptación a diferentes situaciones (16,9%), y ownership-compromiso con sus tareas, apropiación de la responsabilidad (15,9%).
“Los que se quedarán afuera son los que creen que tener solamente habilidades técnicas es lo suficiente para las empresas, y principalmente los que no son adeptos al lifelong learning (aprendizaje continúo) y se quedan con las habilidades que aprendieron en la universidad. De todos modos, creo que el último es el caso que sufrirá más en este mundo VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) en el que vivimos", expresa Bracciaforte.
Ley de teletrabajo en la Argentina: ¿qué podemos esperar?
El 14 de agosto de este año, el Poder Ejecutivo Nacional promulgó la Ley 27.555 de Teletrabajo mediante el Decreto 673/2020. Entre varios puntos, prevé que las personas que se encuentren dentro de esta modalidad “gozarán de los mismos derechos y obligaciones” que las que se desempeñan de forma presencial, por lo que “su remuneración no podrá ser inferior” a la que perciben quienes están en ese segundo grupo.
Bracciaforte dice al respecto: “Tal vez su sanción fue demasiado rápida y eso provocó que la ley termine siendo algo ambigua en algunos de sus artículos. Es importante que se regulen las relaciones laborales que se dan fuera de la oficina. Que las empresas y empleados entiendan sus derechos y obligaciones es clave. ¿Cuándo debo estar conectado? ¿Qué debe proveer la empresa? ¿Qué responsabilidades tengo como empleado?”.
Por su parte, Fernández expresa: “Hay que tomarlo con seriedad y tener en cuenta que en la Argentina hay un montón de trabajo informal, incluso entre la gente que teletrabaja, entonces habría que evaluar cómo hacer para que no se amplíe la brecha aun más entre los que están en relación de dependencia y hacen teletrabajo, y los que son freelance y hacen teletrabajo. Qué nivel de exigencia se tiene para unos y cuánto respaldo se le da a los otros”.
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