A 50 años de la llegada del hombre a la Luna, los estudiantes argentinos Juan Tinazzo, Guido Cicconi, Nahuel Colombo, Catalina Silvestri, Victoria Kaial y Agustín Alsop recibieron el primer premio en una competición de la NASA. Los jóvenes ya viajaron a Estados Unidos, mañana visitarán la estación espacial y podrán ver el despegue de un cohete.
Viven en la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fé, y estudian carreras de Ingeniería, Ciencias de la Computación, Estadística y Matemática en la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
Los jóvenes ganaron una competición internacional denominada NASA Space Apps Challenge 2018. Se trata de un hackaton, es decir, un encuentro (virtual, en este caso) en donde los participantes tienen determinado tiempo (48 hs en este desafío) para desarrollar una solución a un problema.
Así, crearon "Delta Protocol", un sistema de seguridad para astronautas que viajen a Marte. Compitieron contra 1.375 proyectos de 75 países y defendieron su desarrollo de forma oral y escrita.
Durante su viaje, los rosarinos conocerán a los otros ganadores de la competición, provenientes de Sylhet (Bangladesh), Sydney (Australia), Manila (Filipinas), Waterloo (Canadá) y Madrid (España). Cada grupo presentará su proyecto en el auditorio de la NASA.
Además, los rosarinos verán en directo el despegue del cohete Falcon 9 de SpaceX, la compañía de Elon Musk. Para poder viajar, desde febrero (cuando se enteraron que resultaron ganadores), los jóvenes recaudaron fondos con apoyo de empresas de Rosario y la UNR.
Cómo funciona la solución de los rosarinos para los astronatuas de la NASA
Delta Protocol es un sistema que incluye DeltaMesh (un brazalete inteligente para astronautas), un arnés y un microchip subcutáneo. A través de una app con inteligencia artificial controla los signos vitales del astronauta.
Está compuesto por sensores conectados a DeltaMesh. El objetivo es mantener a los astronautas en observación cuando se alejan de la base, mientras recopilan datos personales y ambientales.
La solución es relevante para la NASA ante la falta de conocimiento de los efectos secundarios de las condiciones atmosféricas y gravitacionales de Marte sobre los cuerpos de los astronautas. En este sentido, resulta vital recopilar y analizar datos de ciertos parámetros biológicos.
Además, con el fin de proporcionar a los astronautas apoyo psicológico, el sistema de los estudiantes rosarinos incluye un asistente de inteligencia artificial denominado Wilson que puede autoactivarse o ser activado por el astronauta.
Así, puede por ejemplo autoactivarse para alertar a la base que un astronauta en movimiento está en peligro. Wilson controla e interpreta variables como la presión sanguínea de los astronautas, la oxigenación de la sangre y la hidratación de la piel. Con estas variables deduce el estado psicológico y fisiológico del astronauta.
Si el sistema detecta que el astonaura está bajo una situación crítica, reproducirá una serie de mensajes grabados que le puedan brindar apoyo y compañía. Así, en un caso de emergencia, Wilson podría asistir a los astronautas para que permanezcan tranquilos y actúen de manera segura y eficaz para resolver un problema.
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