Brian Acton, ahora jefe de la organización sin fines de lucro de WhatsApp, Signal, criticó al CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, por intercambiar privacidad por ingresos al permitir anuncios en su plataforma.
Estos enfrentamientos, se han convertido en un lucha por defender los derechos de los usuarios de la famosa red social, desde su cuenta de Twitter ha pedido a las personas que "rechacen" Facebook al eliminar su familia de aplicaciones de los teléfonos inteligentes y otros dispositivos.
Entre las aplicaciones de Zuckenberg, destacan WhatsApp, Instagram, Messenger y el propio Facebook, que recientemente sufrió una caída de 8 horas dejando a todos sus usuarios sin la posibilidad de intercambiar mensajes y contenido multimedia.
El gesto público del cofundador de la aplicación de mensajería se produce después de que la red social más grande del mundo haya sido investigada por una serie de escándalos de privacidad.
No es la primera vez que Brian Acton critica públicamente la dirección de distintas empresas tecnológicas. El año pasado publicó en Twitter, Ya es hora. #DeleteFacebook, siguiendo las fallas de Facebook que involucran a la consultora política Cambridge Analytica.
En contexto, Cambridge Analytica accedió indebidamente a los datos de 87 millones de usuarios, vinculados a la campaña presidencial de Donald Trump en 2016.
Adicionalmente, se ha pronunciado ante distintas firmas de Silicon Valley incluida Google, por su enfoque de negocios aparentemente impulsado por beneficios a expensas de los datos de las personas.
Facebook también enfrenta una gran cantidad de juicios y consultas regulatorias sobre sus prácticas de privacidad, incluidas las investigaciones en curso realizadas por la Comisión Federal de Comercio de los EEUU, La Comisión de Bolsa y Valores y dos agencias estatales en Nueva York.
En 2014, Acton vendió el servicio de mensajería instantánea WhatsApp a Mark Zuckerberg por USD 19 billones y abandonó en 2017 sus planes para introducir anuncios en la aplicación.
Posteriormente, defendió su decisión de vender diciendo que buscó que sus empleados e inversionistas obtuvieran ganancias derivadas de la propia empresa, además de no contar con el poder para rechazar la propuesta.
"Contaba con 50 empleados y tenía que pensar en ellos y en el dinero que ganarían con esta venta, tuve que pensar en nuestros inversores y tuve que pensar en mi participación minoritaria, no tenía toda la influencia para decir que no, aunque lo quisiera" explicó durante una ceremonia en la Universidad de Stanford en California.