Cómo piensa el joven argentino que triunfa en Uber en los Estados Unidos

Nicolás García Belmonte trabaja hace más de tres años para la startup de transporte en su oficina central de San Francisco. Infobae habló con él sobre su meteórica trayectoria, la situación del emprendedurismo digital en Argentina y opinó sobre la pelea con el gobierno porteño: "Se puede desacelerar la democratizacion del transporte, pero es imparable"

Nicolas Garcia Belmonte es Jefe de Visualización de Datos de Uber

(Desde San Francisco). De la incertidumbre laboral post-graduación en Argentina a triunfar en la meca global de la tecnología en menos de una década, la historia de Nicolás García Belmonte refleja no el remanido escenario de "persona correcta en el momento y lugar justo" sino uno más actual: joven que aprovecha todas las oportunidades que ofrecen Internet y la globalización (y una educación y ambición admirables) para buscar – y encontrar- fuera de frontera un porvenir más interesante.

Nacido en Capital Federal 35 años atrás en un hogar francoargentino, este ingeniero informático -de amplia trayectoria pese a su juventud- se desempeña hace más de 3 años como Jefe de Visualización de Datos de Uber -un puesto clave de la empresa y que implica tener a a su cargo un equipo de 50 personas. Allí mismo, en sus oficinas de la sede central en la ciudad norteamericana de San Francisco, es donde recibió a Infobae para hablar sobre las particularidades de su trabajo, los desafíos de formar parte de la startup más valiosa del mundo (actual valoración: 68 mil millones de dólares) y por qué resistirse al avance de la tecnología es inútil.

-Contame un poco de tu historia personal.
-Bueno, mi papá es argentino y mi mamá, francesa, y este último detalle tiene mucho que ver con mi trayectoria. Yo fui al Liceo Franco Argentino en Belgrano, lo que significa que desde los 3 años hasta los 17 tuve una educación mitad castellano mitad en francés, y después de graduarme en el 2007 como ingeniero informático en el ITBA, y no encontrar acá una salida laboral que me interesara, empecé a mirar afuera, y gracias a mi conocimiento del francés me puse a investigar las opciones allá hasta que di con algo interesante. Me fui y trabajé en Francia del 2007 al 2010.

-¿Qué hacías allá?
-Trabajaba en Exalead, un buscador web que terminó siendo adquirido por una empresa más grande. Después de esa adquisición, me pongo a hacer mucho trabajo de código abierto, y empiezo a ganarme una reputación gracias a eso, en un momento en el que las empresas grandes empiezan a usarlo cada vez más. Entonces me contacta una startup norteamericana con una oferta que era muy interesante, comprar la librería que yo había desarrollado de código abierto, pero además traerme a los Estados Unidos a trabajar. Así que estuve con ellos un año y medio hasta que después me fui a Twitter y estuve ahí 3 años, haciendo visualización de datos. Y lo que sucedió es que Twitter está al lado de las oficinas de Uber de San Francisco, donde había una buena oportunidad para crear y liderar un equipo alrededor de análisis y visualización de datos. Empecé con una persona hace tres años y medio y ahora es un equipo de 50 personas.

-De todos los aspectos que forman parte de la visualización de datos -la estadística, el diseño gráfico, el análisis- ¿qué es lo que más te interesa?
-Bueno, depende el tipo de cosa que esté haciendo. Antes en Twitter mi trabajo era más visualizaciones de marketing, exposición de datos, cómo un evento se vivió en Twitter, las conversaciones que generó, etc.; acá tiene más que ver con crear herramientas que sean utilizables para las personas, para hacer su trabajo más fácil. Lo que me interesa, al fin y al cabo, es la utilidad.

Una de las oficinas de Uber en San Francisco

-¿Cuán importante es la visualización de datos para una empresa como Uber?
-Mucho, porque entender a los usuarios es clave para crear un producto que se acomode más a sus necesidades, saber cómo usan Uber, cuándo. Ahí es donde los datos históricos cobran un gran valor, porque uno analiza una gran cantidad de información y puede desarrollar nuevos features.

-Dame un ejemplo de análisis de datos que haya resultado en una mejora en el funcionamiento del producto.
-Bueno, una de las cosas que impacta más al negocio es que los usuarios cancelen un viaje, entonces en base a los datos de cuando eso sucede tratamos de preguntarnos por qué, qué los llevó a hacerlo, y generalmente lo hacen porque no encuentran conductor, pero para llegar a esa conclusión miramos muchísimos viajes y recreamos cada momento, desde el momento que se hace el pedido hasta que los pasan a buscar o no y entonces vemos cuáles son los defectos. Basados en eso, cambiamos el producto -y hasta generamos una familia de productos- cuya finalidad es que sea más fácil para la persona encontrar al conductor. También creo que los análisis de datos han mejorado mucho la experiencia en los aeropuertos; en San Francisco, por ejemplo, el usuario puede marcar en la interfaz en qué puerta está para que lo pasen a buscar, es una experiencia muy customizada.

-¿Cuánta información procesan por día con tu equipo?
-Te puedo dar una idea de volumen en lo que respecta a San Francisco. Por día, solo de GPS, estamos en los billones de datos. Después están los datos sobre cómo los usuarios interactúan con el producto, que también se capturan, porque necesitamos entender cómo se podría interactuar mejor, entonces cada vez que una persona hace zoom, mueve el mapa, eso se captura también.

-Te quiero preguntar sobre el estado del emprendedurismo tecnológico en la Argentina. ¿Cómo lo ves?
-Creo que Argentina tiene definitivamente todos los ingredientes en términos de capacidad humana, y de hecho me he encontrado con muchos compatriotas que trabajan en la ciudad. Es muy similar a la situación en Francia, mucha gente tiene una educación increíble pero se van, vienen a trabajar acá.

En Argentina, Uber incorpora por día entre 300 y 400 choferes y unos 7.000 clientes

-En cuánto a las condiciones para desarrollar ese tipo de emprendimientos, ¿cuál es la mayor diferencia con un país cómo Estados Unidos?
-Muchas cosas, pero esencialmente sistémicas y económicas, que se no se pueden cambiar en el corto plazo y hacen que vivir invertir en un país como Argentina sea algo inestable. Pero como te decía antes, en términos de educación y capacidad creo que estamos igual y eso en definitiva es lo más importante, porque cambiar todo lo que es educativo lleva varias generaciones, y el hecho que ya lo tengamos es muy valioso.

-¿Qué lecciones que hayas aprendido en todos estos años trabajando para las empresas de tecnología más importantes le transmitirías a alguien que está empezando a estudiar y le interesa hacer una carrera como la tuya en el exterior?
-Lo que le diría es que no pierda ese foco internacional, que creo que es algo que falta en las universidades argentinas, donde te preparan casi exclusivamente para el mercado laboral argentino, y yo creo que hay que tener una perspectiva más global. Para mí darme cuenta de eso fue crucial, porque realmente el mundo puede estar al alcance tus manos si vos te preparás, estás siempre absorbiendo información e insistís y buscás.

-Por último, me interesa saber tu opinión sobre la resistencia que está encontrando Uber en varias ciudades, y especialmente en la Ciudad de Buenos Aires, por parte de los gobiernos municipales.
-Hay algo que aprendí con los años y es que cada ciudad y cada país tienen una cultura diferente y Uber, como nació en San Francisco, nace de una cultura muy meritocrática, emprendedora, y en algunos lugares eso puede ser muy disruptivo y no visto de la mejor forma. El desafío siempre va a ser establecer un diálogo con las ciudades, encontrar la forma de cruzar esas culturas para que sea algo provechoso para los dos. Y creo que finalmente, pese a que se puedan aprobar regulaciones en su contra, va a ser muy difícil evitar la democratización del transporte, es imparable. Se puede desacelerar pero, eventualmente, el camino a seguir es este.

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