Cuando la primera ola tecnológica de la Modernidad llegó al mundo en forma de la Revolución Industrial se pasó de una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada. La máquina se convirtió en el epicentro de la creación de valor, y a partir del siglo XIX reinó la máxima: "Deje que las máquinas se ocupen del trabajo rutinario; deje que las personas tomen las decisiones" para las estructuras empresariales.
Si el siglo XIX fue la Era de las Máquinas, entonces el siglo XX fue la Era del Capital Humano; es decir, del conocimiento, la información, las ideas, habilidades y salud de las personas. Diversas investigaciones sugieren que el capital invertido en hombres y mujeres constituye más del 70% del capital total de los Estados Unidos ("The Age of Human Capital", Gary S. Becker, 2002). La tecnología pudo haber sido el motor de la economía moderna, pero el capital humano fue sin duda el combustible.
Deje que las máquinas se ocupen del trabajo rutinario; deje que las personas tomen las decisiones
Sólo recientemente, a principios de este siglo, esta división de trabajo entre mentes y máquinas comenzó a ser totalmente desafiada: en febrero de 2014, Facebook anunció la compra de Whatsapp, una aplicación de mensajería instantánea con un equipo de solo 55 ingenieros, por USD 19.000 millones, o más de USD 345 millones por empleado. La compra marcó un punto de inflexión para el mundo de los negocios:
"Estamos en las vísperas de una nueva revolución: la Era de las Aplicaciones [Application Capital]", dijo a Infobae François Locoh-Donou, presidente y CEO de F5 Networks, en su conferencia global Agility celebrada la semana pasada en Boston, Massachusetts.
"Las aplicaciones de software son los activos más valiosos que cualquier empresa puede poseer hoy en día. Son la materia prima, el capital humano y la maquinaria de la Era Digital", afirmó.
Las aplicaciones están en pleno auge, dijo Locoh-Donou. Para 2022, estiman que el número de apps existentes ascenderá de 240 millones en la actualidad a 1.700 millones: un crecimiento del 48% anual. A nivel corporativo, las empresas también exhiben un giro en el mismo sentido: "La organización típica utiliza 765 aplicaciones web y, en promedio, el 34% se consideran herramientas críticas de su misión empresarial", dijo en Agility Sara Boddy, directora de F5 Labs, el centro de inteligencia e investigación de F5 Networks.
F5 NETWORKS
Dada la creciente competencia en los ecosistemas de aplicaciones móviles, mejorar la experiencia del usuario se ha convertido en un objetivo sumamente importante para los proveedores de aplicaciones. Fundada en 1996, F5 Networks tiene su sede en Seattle, Washington, EE. UU. y cuenta con 69 oficinas en 36 países. La empresa, valorada en más de USD 11.000 millones en la Bolsa de Nueva York, ofrece soluciones para optimizar la disponibilidad, seguridad y las redes de las aplicaciones en cualquier momento, desde cualquier dispositivo y en cualquier lugar.
F5 Networks está en todos lados y en ningún lado a la misma vez. Fuera de los grupos de informática su trabajo puede considerarse invisible, pero se manifiesta inadvertidamente en un gran número de nuestras acciones diarias, como ir al cajero automático, usar home banking o haciendo compras en Mercado Libre. Sus servicios alcanza a clientes de una variedad de industrias, incluyendo Telefónica, Telecom, Techint, OSDE, Tenaris, Aeropuertos 2000, Despegar y más de 44 bancos.
Los servicios de F5, incluyendo los firewalls de aplicaciones web (WAF, por sus siglas en inglés), la mitigación de DDoS, el balanceo de carga, y los servicios de DNS, entre otros, aunque invisibles a los ojos del usuario -que en general interactúa únicamente con la superficie de las aplicaciones- son integrales para alcanzar su funcionamiento óptimo. "No somos una empresa de marketing que hacemos tecnologia, somos una empresa de tecnología que hacemos marketing", dijo Federico Aragona, gerente de ventas regional de F5 Networks, en Agility. "Las industrias dependen cada vez más del rendimiento de las aplicaciones que usan y que producen y nos contratan para que su producto -la aplicación- sea inteligente, segura, rápida y fácil de usar".
Los principales partners de F5 Networks en el país coincidieron que la industria de la informática está atravesando dos etapas: un auge en la demanda de desarrollo de software, por un lado, y una migración del almacenamiento centralizado de datos al almacenamiento en la nube, por otro. "A medida que las empresas se suman a la digitalización de sus modelos de negocios a través de aplicaciones digitales y crece la demanda de software, una de las cosas que hoy manda ir a la nube es la disponibilidad y rapidez que presenta para desplegar aplicaciones", dijo Pablo Mallia, Gerente de Telecomunicaciones de Red Link.
La nube también puede resultar más rentable ya que permite transferir riesgo y delegar costos de infraestructura a terceros dispuestos a alquilar sus servidores. "La nube implica que la empresa no va a tener que tener gente para administrar los sistemas", indico Fernando Casas, CIO de Hynet. En lugar de mantener y proteger un costoso y limitado centro de datos en instalaciones locales, los empresarios pueden aprovechar la nube para dirigir sus esfuerzos a la verdadera fuente de valor: el desarrollo de software y de aplicaciones.
La estrategia de F5 Networks de cara al futuro responde a esta misma tendencia, aunque sin ignorar que las aplicaciones no prescinden del desarrollo de hardware para funcionar. "Vamos a transformarnos en proveedores de software sin dejar de producir hardware", afirmó Roberto Ricossa, Vice Presidente de F5 Networks en Latinoamérica y el Caribe. "Nuestro objetivo es ser el socio que permite a nuestros clientes desplegar cualquier aplicación en cualquier lugar con los servicios que necesitan para superar las complejidades de integración que presenta un mundo multi-cloud".
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