"La idea fue ahorrar materiales, energía y disminuir el impacto ambiental", cuenta Francisco Seita, en diálogo con Infobae. Está hablando del separador de residuos automáticos que desarrolló junto a otros cuatro compañeros de la Escuela de Educación Secundaria Técnica (EEST) N°4 en El Palomar, en Morón: Tomás Volpe, Sebastián Venturino, Iván Ursul y Juan Pablo Velasco.
El proyecto de los estudiantes de 18 años fue destacado en la Feria de Ciencia y Tecnología a nivel provincial y nacional. En esta última instancia, que se llevó a cabo en Tecnópolis, presentaron su iniciativa junto a 1098 expositores de todo el país.
A su vez, el Municipio de Morón los incorporó al Club de Emprendedores municipal, un espacio desde donde se les brindará asesoramiento y capacitación para que puedan seguir avanzando con su emprendimiento.
El proyecto, al que bautizaron Urvosev (Unidad de Reconocimiento por Verificación Óptica y Separador de Entidades Versátil) es un separador de residuos inteligente que identifica la basura mediante la toma de una fotografía que posteriormente es analizada por una computadora que cuenta con un programa de inteligencia artificial.
"Una cámara de la computadora saca la fijo y evalúa qué parecido tiene con otros tipos de basura y en función de eso la lleva al compartimento correspondiente", detalla Venturino.
El proyecto, según remarcaron los alumnos, fue hecho a pulmón, con mucho esfuerzo propio y apoyo de los maestros, así como de la institución, que es de gestión estatal. Dijeron que para poder concluir a término con este primer prototipo no dudaron en quedarse después de hora en más de una oportunidad y seguir trabajando también desde sus casas.
Los estudiantes explicaron que utilizaron muchos elementos reciclados, lo cual les permitió abaratar los costos y producir este primer prototipo con menos de 7 mil pesos. También diseñaron e imprimieron en 3D varios componentes.
Para controlar los motores y la tapa usaron una plaqueta de Arduino y se encargaron de diseñar las plaquetas de conexión. "La librería que usamos es TensorFlow de Google, que la adaptamos a nuestras necesidades de reconocimiento de imágenes de residuos. Hicimos una base de datos con miles de imágenes que pensamos ampliar", dice Volpe.
TensorFlow es una biblioteca de código abierto para entrenar sistemas informáticos con el fin de que puedan detectar patrones y hacer correlaciones. Es muy utilizado para investigación y desarrollo de productos.
Urvosev nació como un proyecto escolar, en el marco del taller de electrónica. Los premios y menciones en las competencias, además del apoyo institucional que recibieron los motivaron para seguir adelante con su iniciativa. Ahora sueñan con sumarles mejoras al producto y construir nuevos equipos.
"Nos imaginamos que se podría usar en plazas, aeropuertos y en cualquier sitio donde haya tránsito masivo de gente", señala Ursul. "Queremos avanzar con el proyecto y sería bueno contar con apoyo para eso", añade Velasco y comparte el correo donde se los puede contactar: urvosev@gmail.com.
El factor común al hablar del proyecto es el entusiasmo. Muestran ganas por que esto pueda ser apenas el primer paso de algo más grande.
En el documento que elaboraron con la descripción de Urvosev destacaron que con tan solo reciclar cuatro botellas de vidrio se ahorra energía para alimentar una heladera por día y que si se recicla una tonelada de papel por día se ahorra 4000 kwh de electricidad, suficiente para alimentar una casa de tres habitaciones todo el año.
"El proyecto parte de la premisa de que el cuidado del medio ambiente es una inversión, no un gasto y busca mejorar el nivel de vida de las personas", se concluye en el informe.
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