Feminismo y sororidad, rap y protesta social, combinadas con una imagen que parece la de una heroína de videojuegos. Algo así transmite @femigangsta. Milita su propio partido político, con banderas en Instagram y Twitter. ¿Es un holograma producto de la inteligencia artificial o un humano?
Su nombre es Agnes Simon, tiene 24 años y dice ser un fracaso como millennial. Creció en la ciudad de Zapala, Neuquén, dentro de una familia numerosa de 6 hermanos. Vive en Buenos Aires desde 2011, con 3 perros, y le falta una materia (Garantías, la que más le gusta, dice) para recibirse de abogada en la Universidad de Buenos Aires.
En el último año su cuenta de Instagram @femigangsta creció de forma exponencial, hoy tiene más de 85 mil seguidores. La siguen mucho actrices, celebrities y referentes de la opinión pública. Ella es algo así como un nuevo tipo de influencer, prácticamente sin pauta publicitaria, al menos por ahora.
En una entrevista con Infobae, la joven revela, entre otras cosas, la importancia que ha tenido la mirada de su padre abogado (quien falleció el año pasado), cómo es el método creativo espontáneo de sus posteos y su relación con las mujeres feministas y los trolls.
– ¿Cuándo y cómo nace la cuenta de Instagram @femigangsta?
– Mi cuenta de Instagram fue un poco un proceso. Antes era @besumis y me siento medio boba hablando de estas cosas, dándole tanta importancia… Era una cuenta privada y hacía estas mismas locuras que hago ahora: videos de humor, muchas canciones, muchas cosas locas. Pero la tenía en privado porque mi papá era una persona muy conservadora que me stalkeaba mucho en las redes. Entonces, no tenía mucha difusión, no lo veía ni el gato y tenía pocos amigos. Era para compartir entre conocidos. Con el tiempo me amigué con la idea "Soy esto que ves". Es compatible ser una persona seria, que estudia, que trabaja, lo que fuese, con esos ideales que tenía mi papá, y que comparto. Y puse mi cuenta pública. Yo hacía muchas canciones y muchos chistes que tenían que ver con el feminismo. Con un amigo empezamos a pensar cómo sería ese género, ¿qué es esta música? Y ahí empezamos a decir que es "femigangsta". Era un chiste, pero funcionó y pegó mucho. La gente me dice "Femi" ahora, es muy gracioso.
– En una entrevista, dijo querer llevar el derecho constitucional a los posteos de Instagram. ¿Cómo piensa los contenidos de la red social?
– Son distintas cosas las que me a mí me hacen generar determinado contenido. Puede depender de una determinada materia que esté preparando y también influyen los temas de agenda que leo en el diario. Cuando estoy estudiando, me pasa que estoy con determinado material y digo "no, ¿cómo puede ser esto?". O me indigno o me encanta. Leo a Zaffaroni y me limpio la baba. Hay muchas ideas, muchos disparadores. Me gusta el tema de la docencia, y aprovecho esta situación creativa que a mí me desborda mucho, para tratar de enseñar. Tal vez suena un poco arrogante cuando digo enseñar pero bueno, tengo la posibilidad de ir a una universidad. Mucha gente no tiene ni herramientas para ir a la escuela. ¿Cómo puede ser que algo tan importante como los derechos de uno no los conozca la gente? Entonces, si un tema me parece importante, pienso de qué manera lo puedo bajar a un lenguaje más coloquial, más divertido, que llegue. Y sale.
– ¿Cómo es la relación con su audiencia?
– La relación con la gente que te mira tiene muchos altibajos: cosas buenas y cosas horribles. Está permanentemente este escrutinio de la gente que se fija adónde está ese bache, adónde poder marcar que ella (yo) es una persona incoherente. O gente que tal vez deposita muchas expectativas. Está también muy exacerbado lo que es el miedo al fracaso. Hay tantas personas que creen que vos vas a llegar a determinado lugar, que vos podes dar esto, o hacer esto otro… Y me digo: "¿Y si de pronto, no me sale?". Son muchas cosas, hay que tener entereza y madurez. Y muchas cosas bien equilibradas para que no te afecte mucho. Igualmente, considero que hay muchas cosas que están muy buenas. Es muy lindo sentir que alguien reconoce algo que a vos te gusta hacer. O que te costó hacer, incluso. Y tener un resultado o un feedback inmediato. Me pasa mucho con muchas chicas que me dicen que les hice dar cuenta de determinadas cosas o las ayudé en algo. Es una locura. En un punto pensas, ¿tengo realmente tanto poder?
– ¿Los posteos están agendados?
– No, no tengo un cronograma. Me parece que es importante, a la hora de generar contenido, que sea algo espontáneo. Por lo menos para mí. No me funciona la obligación de tener que subir algo, sí o sí. Los miércoles al mediodía donde está la gente que me mira… No. Lo mío funciona porque es algo espontáneo. También me pasa que, sale algo en un diario, sale en una revista, y la gente me pregunta por qué no estoy hablando de eso. Pero es porque no estoy informada si no lo hago. A riesgo de ser la persona que no habló o no estuvo en tal lugar, elijo no hacer algo cuando no estoy informada, cuando no estoy en tema. Me guío más por las cosas que a mí me mueven que por la obligación de subir el posteo.
– Con un discurso tan crítico, ¿qué sucede con los trolls?
– Qué sucede con los trolls… A veces yo me imagino que los trolls son como chicos de 14 años en un ciber o en la casa de la madre. Me cuesta mucho imaginarme a una persona adulta, con formación, que se dedique a hacer estas cosas. Sobre todo porque los trolls nunca atacan un fundamento sino que atacan personas. Yo digo por ejemplo: "Me parece que estaría bien que la gente juntara la basura, cada cual en su manzana". Y el troll no me contesta lo que sucede con la basura. El troll responde agrediéndote como persona, o por tu aspecto físico. Es difícil engancharse en eso porque no sale nada provechoso de ahí.
– ¿Les responde?
– A veces sí y a veces, no. Puede ser un disparador para hacer otras canciones. Depende. Yo tengo un tema y es que no me gusta mucho ser malinterpretada. Entonces, cuando hacen uso de una mala interpretación de algo que dijiste, para hacerte decir algo que no dijiste, ahí me salta la ficha. Pero al troll que te habla de tu cara o tu ropa, que te dice "cheta" o "feminazi", y montones de cosas que te pueden decir por conclusiones absurdas a partir de un perfil de tus publicaciones, no le respondo. No puedo perder mucho tiempo en eso. Sobre todo, habiendo gente que tiene ganas de armar debate, que te habla de cosas en serio. Incluso cuando dista mucho tu pensamiento de esa persona que te escribe. Me parece que está bárbaro sentarse a dialogar un charlar en serio.
– ¿Le ofrecieron alguna vez pauta publicitaria para su cuenta de Instagram?
– El tema de las marcas y la gente que tiene ganas de meter publicidad en tu perfil, creo que es difícil cuando recién arrancas, porque es un poco una emoción. ¿Me van a regalar esto? A mí me gusta la pilcha, me gustan un montón de cosas y es difícil medirse en eso. De todas formas, yo no tengo ganas de vender tu producto. Sí, me ha pasado, que me convencen o me agradan proyectos. Ahora tengo puestas unas botas que me regaló una chica que las hace con su hermana. Al tener un vínculo con ella, que me da un par de botas, y yo subo algo, y a ella le conviene, siento que estoy bancando un proyecto de gente como uno, que tiene ganas de rebuscárselas y hacerse sus mangos. Como yo apuesto mucho a tratar de vivir de lo que a mí me gusta y de evitar un poco el asunto "oficinas", es cierto que trabajó mucho en publicidad. Pero hago muchas cosas que no tienen que ver con poner un producto en mi perfil. Me ayudan a salvar un mes.
– Es modelo publicitaria…
– Muchas veces, he trabajo de eso.
– ¿Está alerta de quién la sigue y deja de seguir?
– No. Sí me parece que hay una cosa muy linda que se está generando ahora, sobre todo con muchas actrices y modelos que me siguen. Me sorprendió mucho cómo salen a bancarla a una que recién está empezando, y que está haciendo algo distinto. Me encontré con gente que me sorprendió mucho. Me pasa mucho de que mucha gente que vendía un discurso de sororidad y feminismo, me cortó el rostro. Y chicas, contrario a lo que uno piensa, que por ahí no se las ve tan involucradas o lo que fuese, me bancan mucho. Salieron a apoyarme muchas veces. Mueven mis cosas, me dan un mano. Y sirve para meterse los prejuicios que una tiene, ya sabes dónde.
– No pertenece a ninguna agrupación política, ¿Cómo es militar el feminismo, por ejemplo, desde una red social como Instagram?
– Yo vengo de una ciudad que se llama Zapala, Neuquén, donde no tuve una muy buena formación. No tuve un muy buen nivel de secundario. Yo vine a Buenos Aires a estudiar en 2011 y aprendí a estudiar realmente en el CBC (Ciclo Básico Común). Entonces, mi criterio, al menos, era ser prudente y tener cierta distancia con algunos temas, porque yo no terminaba de entender un montón de cosas. Para mí es muy fácil repetir lo que se hablaba en los almuerzos en mi casa, lo que decía mi papá o mi mamá, y asumir que ése era mi pensamiento. Y sin mayores miramientos, sin mayores consideraciones, decir "pienso esto, vengo de acá". Yo quería tener mis ideas, mi manera de pensar, tener mi perspectiva y construirla a partir de mis estudios. Para mí fue todo un proceso, entré a la universidad y nunca me metí en alguna agrupación. Siempre interesada en escuchar todas las voces y estudiar. Para mí era primordial. Yo era una "ñoña". Y siempre fui muy de "te escucho pero hasta acá, quiero formar mi propia opinión". Tengo mucha afinidad con partidos pero me gusta respetar una cierta autonomía.
– ¿Hacia dónde quiere llevar a @femigangsta y sus canciones?
– Siento que soy un fracaso como millennial porque me divierte hacer canciones, me divierte mostrarlas, hacer humor, pero me aburre el formato de las redes sociales. Esto de tener que llamar la atención en un minuto, esta cosa de la ligereza. Es poco sustancioso a veces lo que uno ve en redes sociales. Twitter te limita los caracteres, Instagram es un minuto, y si hablas demasiado, sos aburrida. Entonces estaría bueno trasladar todo eso que se formó en mi cuenta a un formato más holgado, más amplio. A mí me encantaría dar clases, me encantaría escribir, escribir humor, inclusive para otras personas. Y no necesariamente publicar mi cara todo el tiempo, aunque parezca una contradicción. ¿Y por qué subís lo que subís? Porque tengo un poco de atención y voy a aprovecharla para mostrar lo que hago. A veces borro las aplicaciones, para no tener notificaciones, y después hago algo, y las vuelvo a bajar. Pero esto ya es aburrido, todo ya, todo breve, todo escueto, y las reglas…
– ¿A quién sigue en redes sociales?
– @magalitajes , @cristiancim, @srtabimbo, @noeliacustodio y más. Sigo a muchas chicas y está bueno porque, si bien son voces muy distintas, está bueno entenderlas como complementarias. Ahora está la discusión de que tal persona no te representa. No necesitas representación de alguien. Está bueno que las voces se complementen, se contrasten. Yo trato de hacer lo mío como a mí me gusta. Y está bueno cuando nos seguimos con mujeres feministas y nos comentamos "Fijate esto que pusiste". Está esto de ir aprendiendo una de la otra. Una vez critiqué a una chica que vendía merchandising feminista. Y @noeliacustodio en Twitter me dijo que me fijara, que eso no estaba tan bueno, que dejara el escrache para los abusadores. Es una chica que está tratando de hacerse un mango en esta economía. Y es cierto, se me pasó. Y entonces, siempre estamos tratando de acompañarnos.
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