Cómo operan los trolls: las cuentas "fake" que te pueden convertir en ídolo o destruir en minutos

Amnistía Internacional realizó el primer relevamiento sistemático de los ataques en Twitter

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Acoso a las voces disidentes. Amnistía Internacional (AI) denunció que periodistas y defensores de los derechos humanos, en particular su directora ejecutiva en Argentina, Mariela Belski, fueron blanco de ataques en Twitter a través de acciones coordinadas desde cuentas con información falsa que resultaron amplificadas por diferentes referentes en esa red social.

Según el informe "El debate público limitado. Trolling y agresiones a la libre expresión de periodistas y defensores de derechos humanos en Twitter Argentina", los ciberataques tienen el propósito no solo de descalificar a quienes piensan distinto sino también de agredir e intimidar y funcionar como un dispositivo de "disciplinamiento y autocensura".

AI estudió ciberataques recientes contra los periodistas Hugo Alconada Mon, Edi Zunino, María O'Donnell, Reynaldo Sietecase, Romina Manguel, Marcelo Longobardi, Ernesto Tenembaum, Nelson Castro y Carlos Pagni, y los referentes de derechos humanos Adolfo Pérez Esquivel y la propia Belski.

"Amnistía Internacional, con este informe busca poner en agenda pública el uso de las redes sociales para silenciar y censurar voces de defensores de derechos humanos, líderes sociales y comunitarios", explicó Mariela Belski, en diálogo con Infobae.

El modus operandi

Los ciberataques, según la organización, se producen por medio de "un método que combina la acción de cuentas personales de referentes políticos, trolls (cuentas cuyo registro violento bloquea el debate y desvía la conversación), bots (cuentas parcial o totalmente automatizadas en sus interacciones) y seguidores regulares", que difunden y reproducen fake news (información falsa) de personas con desacuerdo parcial o total respecto de algún tema de agenda nacional.

El relevamiento constató que hay una significativa actividad concertada de agresiones que se produce cuando los periodistas o defensores de derechos humanos difunden críticas o posiciones que incomodan. Para determinar esto, se analizaron 354.000 tweets correspondientes al lapso del 22 de octubre de 2017 al 14 de noviembre de 2017, cuando la agenda pública estaba concentrada en temas de derechos humanos y justicia, como la muerte de Santiago Maldonado.

"Creo que lo importante del estudio es entender que hay trolls que buscan desprestigiar a diferentes referentes para ensuciar el debate público. Y Amnistía Internacional pretende que haya un debate público transparente y plural", aclaró Belski.

Según el informe, el procedimiento contó con la intervención de agentes de diferente rango, algunos de los cuales funcionan como habilitadores y otros como replicadores.

Mensajes con información falsa sobre la directora ejecutiva de Amnistía, Mariela Belski (captura)
Mensajes con información falsa sobre la directora ejecutiva de Amnistía, Mariela Belski (captura)

"Las figuras habilitadoras son las que construyen un escenario en el que se identifica al objeto de hostigamiento, se lo individualiza y se realiza una intervención que brinda el marco de coordenadas que funciona como autorización para el acoso. Posteriormente se produce el ataque serial contra la víctima", explican los realizadores del trabajo.

Asimismo, detalla que "una vez identificado el objetivo de escarnio se producen ataques en escala donde actúa un número de cuentas anónimas, bots (robots) y perfiles que se activan, en algunos casos como células dormidas, al sólo efecto de participar de la agresión, en lo que puede denominarse 'efecto carroña' o 'trolling'".

Desde AI alertaron que el número de acciones que desarrollan estas "patrullas automatizadas y semiautomatizadas es tan elevado que en algunos casos supera la cantidad de interacciones de cuentas personales reales".

Cibertropas de ataque

Para Amnistía Internacional, "los efectos del acoso serial" tienen el propósito "no sólo de descalificar a los objetos directos de la agresión" sino también "como un dispositivo de disciplinamiento del resto de la sociedad, que es disuadida de poner en circulación opiniones e ideas que provocan el acto reflejo del hostigamiento en las redes".

"El objetivo es generar acciones con el fin de producir algún efecto en la opinión pública, en la circulación de la información o en la persecución de opiniones críticas. Estos grupos funcionan de forma celular y no necesariamente tienen contacto unos con otros. Sin embargo, demuestran actividad coordinada y una agenda temática común", señala el informe al que accedió Infobae.

Casi el 50% de los 354.000 tweets con menciones a los periodistas y referentes de derechos humanos analizados tuvieron vínculo directo con acciones previas de cibertropas.

Horas de actividad

Al analizar las horas en que las cuentas que participan de agresiones concertadas están más activas, también se comprueba una anomalía relacionada con la actividad programada y no orgánica.

"Las cuentas sin participación previa en ciberataques tienen un patrón de actividad similar al patrón clásico de Twitter, que concentra una mayor actividad a partir de las 9 AM y hasta las 12 AM. Sin embargo las cuentas dentro del segmento con actividad previa tienen mayor actividad nocturna. En efecto, es desde las 2 AM y hasta las 7 AM donde las cuentas vinculadas a cibertropas tienen mayor actividad en relación al conjunto y donde superan o igualan la actividad de la conversación orgánica", señala el informe.

Asimismo, "la actividad sostenida durante 24 horas es una característica del accionar de cibertropas que basan una parte importante de sus interacciones en bots que "trabajan" sin necesidad de presencia humana.

"Frente a la obvia caída de la actividad orgánica en horas de la madrugada, cuando los usuarios reales descansan, esta actividad de 24 horas de grupos organizados se hace notar y supera en acciones a los posteos orgánicos, revelando su programación automatizada", explicaron.

El trabajo revela también que las conversaciones analizadas permitieron identificar lógicas en las interacciones, identificar las cuentas más activas y examinar qué tipos de cuentas intervinieron. Así, se determinó que las cuentas más activas -que más tuits generaron- muestran una fuerte presencia de anónimos y trolls.

También es significativa la elevada cantidad de tuits y favs que tienen varias de las cuentas analizadas, que en algunos casos suman cerca de un millón de tuits generados y hasta cientos de miles de favs. "La acción de sostener una alta actividad de favs es típica de cuentas utilizadas para acciones de cibertropas", consideraron desde AI.

"En las campañas de ataque se busca o define un objetivo y la base o tipo de ataque que se va a hacer y luego se coordinan gran cantidad de trolls, muchas veces con ayuda de bots, para que esa campaña tenga una repercusión importante en las redes", detalló Belski.

Para citar un caso paradigmático, el informe hace referencia a la cuenta @PFlaviola. Según destacan, hizo 117 mil favs, 79 mil tuits y recién fue creada en noviembre de 2016 (al 4 de diciembre tenía 1560 seguidores y seguía a 2226 otras cuentas). Lo particular de esta cuenta es que generó más de 200 tuits –en su mayoría retuits– e interactúa con las 11 cuentas relevadas en este informe, en general en forma de ataque.

Como se puede ver, las biografías de las cuentas analizadas presentan una alta frecuencia de sintagmas (palabra o grupos de palabras) ligados temáticamente.

Desde AI advirtieron que "los resultados del informe y los ejemplos citados son tan elocuentes como preocupantes y demandan un compromiso tanto del Estado Nacional como de las empresas proveedoras de los servicios de redes sociales para garantizar que el debate genuino, la difusión y el acceso pleno a ideas y opiniones sin temor a represalias se realice según los principios que el derecho internacional y nacional reconoce a la libre expresión".

"El ataque a posiciones críticas amenaza la libre circulación de información, ideas y opiniones y viola la libertad de expresión", sentenció Belski.

Además, indicó que la intensidad en los ataques a los periodistas varía según su agenda de trabajo. "Cuando la agenda que cubre un periodista es incómoda para alguien el volumen de las acciones contra el periodista crece" y las "agresiones en las redes sociales" se intensifican, concluyó.

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