Que tenga una buena cámara, que funcione rápido y que la batería dure todo el día. Y si es posible, que no sea tan caro. Éstos son algunos de los tantos requisitos que se buscan a la hora de comprar un celular.
Si bien uno creería que sólo los equipos de alta gama cumplen con todas estas condiciones, no siempre es así. Son varios los factores que pueden incidir en el rendimiento y autonomía del móvil. Y no siempre lo más caro es lo mejor. Aquí, algunos detalles que hay que tener en cuenta a la hora de comprar un equipo
1. El procesador. Éste es el corazón o cerebro del equipo. En principio, cuantos más núcleos tenga el chip mejor porque eso le dará mayor velocidad al celular, ya que cada núcleo puede cumplir funciones por separado. Por otra parte, hay que tener en cuenta la frecuencia, que es la velocidad con que se procesan las tareas y se expresa en GHz. Con un chip de cuatro núcleos corriendo a una frecuencia de 1,2 GHz cada uno ya se logra muy buenos resultados.
En la actualidad hay varios equipos de gama media que están muy bien equipados en este sentido y cuyos valores, liberados, oscilan entre los 4.500 y los 15.000 pesos, según el modelo y el lugar donde se los compre. Por otra parte, siempre está la posibilidad de adquirir los modelos sujetos a uno de los planes provistos por las diferentes compañías de telecomunicaciones.
Un ejemplo es el Moto Z Play, lanzando el año pasado, que tiene un procesador Snapdragon 625 de ocho núcleos que funcionan a 2 GHz; o incluso el G4, también de ocho núcleos. También está el Huawei P 8 Llite, presentando en 2015, que integra un chip HiSilicon Kirin 620 de ocho núcleos que corren a 1,2 GHz o el Samsung Galaxy A7, de este año, que tiene un procesador octacore Exynos 7880 de 1,9 GHz.
En el caso del iPhone, por otra parte, los procesadores están optimizados para que rindan al máximo y de hecho así quedó demostrado en diferentes mediciones. Incluso modelos de años anteriores, como es el iPhone 6 que integra un chip Apple A8 de doble núcleo a 1,4 GHz ha demostrado tener un funcionamiento muy fluido.
Hay que tener en cuenta también, que en última instancia, puede haber variaciones en el rendimiento a raíz de otras cuestiones como el software que le añaden las diferentes marcas y otras cuestiones vinculadas con el uso. Si el usuario tiene muchas aplicaciones abiertas en simultáneo, el equipo estará más exigido.
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2. La memoria. En el caso de Android hay que pensar, como mínimo en 2 GB de RAM y como ideal, en 4 GB, una característica presente en la mayoría de los equipos de gama media. Este aspecto incide en la velocidad ya que es vital para procesar múltiples tareas en simultáneo. Android requiere bastante memoria para sus procesos y esto puede incrementar, como se mencionó antes, según el uso que le dé el usuario y el tipo de software que le añaden las marcas.
Existen varias opciones de equipos robustos, con buena memoria y a buen precio. Las marcas Oppo, Xiaomi y Asus ofrecen alternativas interesantes en este sentido. HTMC y OnePlus también cuenta con equipos variados y con cierta popularidad en Asia, Europa y Estados Unidos.
3. El almacenamiento interno. Por lo general se recomienda buscar equipos que tengan, al menos 16 o 32 GB de memoria interna y que cuenten con la posibilidad de añadir micro SD para ampliar la capacidad. Esto sirve para guardar fotos y videos que, de todos modos, también se pueden almacenar en la nube. Basta con hacer un back up en iCloud, en el caso de iPhone, o en Google Fotos, una herramienta que está disponible para todos los sistemas operativos.
4. La pantalla. Aquí hay varias cuestiones a tener en cuenta. Por un lado está el tamaño y esto depende del gusto de cada uno. Por lo general, los equipos tienden a tener pantallas que superan las 5 pulgadas y hay una tendencia a los display infinitos o bordes redondeados para aprovechar al máximo el frente del equipo. Algunos modelos con esta estética son el iPhone X, Samsung Galaxy S8 y el LG G6.
La resolución mínima que se debería buscar es un full HD. Para los más exigentes están las opciones con Quad HD, una resolución que se suele disfrutar mejor cuando los equipos tienen un display de 6 pulgadas en adelante.
El tipo de panel puede ser LCD o bien OLED. Esta última opción ofrece mayor contraste y brillo, con lo cual se está instalando como la opción favorita de los fabricantes. A su vez, permite hacer equipos más delgados y con pantallas protagónicas y sin marcos que, como decíamos, es la moda que se impone. Samsung fue de los pioneros en sumar esta tecnología a sus móviles, luego le siguieron otros fabricantes de equipos con Android y Apple ahora incorporó este material en su iPhone X.
5. La cámara. Por empezar hay que decir que los megapíxeles son importantes pero no son lo único que hay que tener en cuenta. Y de hecho su valor es bastante relativo. Los nuevos smartphones de gama alta tienen cámaras que, con frecuencia, no superan los 12 MP.
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Es más importante fijarse la apertura, que es la que permite la entrada de luz. Si es de f/2.0 o menor entonces se podrán hacer buenas tomas incluso cuando no haya buena iluminación.
La marca de las lentes que se utilicen también es importante. En este sentido cabe destacar la apuesta de Huawei a incorporar lentes Leica en su modelo Huawei P10, por ejemplo. Los modelos Xperia de Sony también han demostrado un muy buen rendimiento. Samsung y Apple, por su parte, vienen destacándose en este aspecto hace años.
La cámara dual es tendencia y está presente en los modelos de alta gama como por ejemplo el Galaxy Note 8, iPhone 8 Plus y LG V 30, sólo por dar algunos ejemplos.
Al tener cámara dual, integran dos sensores que llevan adelante diferentes tareas y, por ende, se logran mejores resultados. Los modelos de Huawei P9 y P10, entre otros, integran un lente que registra en blanco y negro y otro, en color (RGB). Esto permite una imagen final con mejores contrastes.
La cámara dual también permite explotar con mayor facilidad el efecto bokeh o fondo desenfocado para hacer retratos. Sin embargo también es posible lograr este efectos en equipos con una sola lente trasera como es el Galaxy S8.
La estabilización es fundamental para evitar las imágenes movidas. También hay otros factores como autofoco o la posibilidad de hacer videos en cámara súper lenta, como es el caso del Sony Xperia XZ1, que pueden jugar a favor para los perfiles más exigentes.
Por último, a los conocedores de fotografía les gustará contar con la opción de hacer ajustes manuales. Esto está habilitado en casi todos los equipos con Android, con diferentes alternativas. En el caso de iPhone esto no está disponible: la cámara sólo se puede usar en modo automático, aunque hay algunas aplicaciones que se pueden descargar para usar ajustes manuales, de todos modos no funciona del mismo modo que cuando la opción viene integrada de fábrica, como ocurre en Android.
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6. La batería. Aquí hay dos cuestiones claves para tener en cuenta. Por un lado la autonomía, que dependerá no sólo del tamaño de la batería (se supone que cuanto más miliamperios mejor) sino también del tipo de software que integre el equipo. Hay modelos que tienen herramientas para optimizar el rendimiento de la batería. También se puede usar el equipo en "modo ahorro" para favorecer la autonomía.
El otro aspecto importante es que pueda cargarse rápidamente. Hay equipos que integran cargadores de este tipo o son compatibles con la tecnología Quick Charge. Esto permite duplicar y hasta cuadruplicar (según la versión de Quick Charge) la velocidad de carga respecto de la carga convencional.
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