Las nuevas tecnologías y las redes sociales han impactado, con decidida fortaleza, en nuestra realidad, con sus ventajas y desventajas, pero generando un particular peligro para los chicos y adolescentes: el delito de grooming.
La palabra grooming es un vocablo de habla inglesa y se vincula con el verbo groom, que alude a conductas de "acercamiento o preparación para un fin determinado".
El grooming comprende todas aquellas conductas ejecutadas online por pedófilos (los groomers) para ganar la confianza de menores o adolescentes mediante la utilización de una identidad usurpada (generalmente de un "famoso" o de un supuesto par), fingiendo empatía, identidad de intereses o contención emocional, con la finalidad de concretar un abuso sexual.
Estos individuos utilizan las redes sociales como vehículos para tomar contacto con sus víctimas. Mediante mecanismos de seducción, buscan el intercambio de imágenes comprometedoras (de contenido sexual) que luego son utilizadas para extorsionar a las víctimas con la amenaza de su exhibición a familiares o amigos.
En la actualidad, esta problemática es moneda corriente y cobra a diario víctimas, que oscilan un promedio de edad que va de los 10 a los 17 años.
Esta modalidad delictiva, que sucede a diario, está contemplada en la legislación penal argentina mediante la sanción de la ley 26904 (publicada en el Boletín Oficial con fecha 11 de diciembre de 2013) que incorporó el delito al Código Penal con la siguiente redacción:
"Será penado con prisión de 6 meses a 4 años el que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma".
El primer caso de repercusión en la Argentina data del año 2010, cuando un joven de 26 años fue detenido en el barrio de Floresta acusado de haber seducido a una chica de 14 años a través de Facebook y luego de haberla violado. El abusador se había hecho pasar por un joven estudiante aficionado a la cocina internacional.
A partir de este caso se conocieron otras situaciones similares, que requieren de una decidida intervención de la Justicia, como el triste caso que ha tomado estado público en la localidad de Bahía Blanca, donde se sustancia en estos días un juicio oral en el que ha sido víctima una joven.
Es evidente que se requiere de un compromiso de todos: padres, escuela y Estado para concientizar a los chicos en el uso responsable de las redes sociales y prevenir este tipo de situaciones.
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