Nanotecnología, el increíble poder de la ciencia invisible

El doctor Galo Soler Illia explicó cómo se aplica este tipo de desarrollo en la salud y el medio ambiente

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El oro es de color amarillo pero si se redujera a nanopartículas (la millonésima parte de un milímetro) se vería de color rojo, violeta u otro tono. Es que cuando la sustancia se vuelve tan pequeña adquiere diferente color, forma y también propiedades. Esto último es particularmente interesante porque abre un mundo de posibilidades nuevas. La materia, en versión diminuta, se puede emplear para encontrar soluciones a problemas de salud, medio ambiente y hasta de diseño.

Galo Soler Illia, doctor en Nanotecnología y decano del Instituto de Nanosistemas de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) participó recientemente de la cuarta edición de Red Innova, un encuentro donde se abordaron temáticas vinculadas a la tecnología y la innovación.

En diálogo con Infobae, Soler Illia explicó el alcance de este tipo de ciencia

-¿Qué es la nanotecnología?
-Las nanotecnologías son las tecnologías que se están desarrollando hace unos años, y que se van a seguir desarrollando en el próximo siglo más o menos tranquilamente, que implican trabajar con la materia a la escala del nanómetro. Un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro, o sea es una unidad de medida muy pequeñita y el asunto es que los materiales cuando están reducida a las escalas de algunos nanómetros presentan algunas nuevas propiedade que son también dependientes del tamaño

-¿Qué es lo más novedoso que se puede lograr con esto a futuro?
-Te voy a ser sincero. No tiene límite esto. las nanotecnologías se están metiendo prácticamente en todas las tecnologías que tenemos desde almacenamiento y producción de energía. Imaginate un edificio que cuya pintura externa es en sí una celda solar, o las ventanas transparentes que son celdas solares. Podés alimentar de electricidad pintando tu techo, por ejemplo. Son cosas que están ocurriendo. Imaginate pequeños sistemas de tamaño nanométrico, que son miles de veces más chicas que una célula. Entonces podés meter una de estas partículas dentro de una célula y, si hacés bien las cosas -es muy complejo, muy difícil- podés lograr que la pequeña partícula que contenga medicamentos detecte determinadas células de manera específica y entre y la cure o la mate. Todo esto en las terapias avanzadas se está trabajando mucho, es muy complicado pero es una frontera que se va a franquear en algún momento.

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-¿Conlleva algún peligro la nanotecnología? ¿Se podría usar de maner nociva?
-Desde que el hombre es hombre todo se puede utilizar de manera nociva y lamentablemente nuestros mejores inventos han provenido de la tecnología bélica, empezando por el hierro y de ahí en adelante. Pero las nanotecnologías tienen un tema en lo que es nuestro conocimiento de los materiales, nosotros conocemos de los materiales pero si las propiedades dependen además de la estructura del tamaño y de la forma, la toxicidad también depende del tamaño y de la forma. Por eso es necesario desarrollar lo que se conoce como nanotoxicología en la cual vos sabes que determinadas partículas en determinada forma pueden ser nocivas pero otras no.


-¿Qué usos positivos tiene este tipo de tecnología?

-Lo que sí es interesantes de la nanotecnología es que se usa para hacer remediación ambiental. Vos podés por ejemplo, y esto lo hace una compañía argentina, inyectar nanopartículas pequeñitas de hierro dentro de una napa de agua y esas nanopartícula de hierro se encarga de absorber todo el arsénico presente en esa napa que en argentina puede ser bastante elevada y quedarse atrapada entre los poros de las rocas, con lo cual liberás la napa del arsénico y la hacés más potable.

-¿Por qué es tan elevado el arsénico en la Argentina?
-Es un tema geológico. La cuenca del salado del norte pasa por un montón de lugares que contienen depósito de arsénico que incluso muchas veces viene asociado a otros minerales como el oro y metales preciosos y eso es arrastrado. No es un tema de contaminación humana sino que es geológico, pero lo tenemos y es endémico, el famoso acre.

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-Hay varias comunidades que han hecho denuncias a raíz de la presencia de arsénico en el agua a niveles tóxicos.
-Sí, porque es acumulativo, es un problema complicado pero justamente existen nanotecnologías para combatirlo, se han desarrollado algunas. En el comisión de Energía Atómica hay grupo que trabajan en eso se han desarrollado cosas muy interesantes como usar la luz del sol para liberar de bacterias y contaminantes en el curso del agua

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-¿Se está utilizando esto en la Argentina?

-Hay una compañía que se dedica a hacer limpieza con estas partículas. El tema de usar el sol para destruir contaminantes se ha usado en escala piloto. Y se utiliza en otros países, por ejemplo La iglesia, el Jubileo en Roma, por ejemplo, tiene un cemento que tiene estas nanopartículas que se activan con la luz del sol y destruyen el hollín, entonces queda una iglesia blanca en una ciudad como Roma, donde hay bastante smog. Hace unos años, en Argentina, el grupo de Miguel Blessa con Marta Litter y la Comisión de Energía Atómica demostraron que subiendo un reactor que usaba la luz del sol a la montaña, en La Puna, podían descontaminar el agua de uso cotidiano de comunidades que no tenían acceso a energía. Eso es importante porque hay pueblos apartados que no tienen luz, no tienen posibilidad de usar agua corriente, y tampoco tienen escasa leña, así que no pueden hervir el agua y tiene enfermedades por todos los microbios o parásitos que ocurren. Y este tratamiento demostró ser eficiente y poder producir decenas de litros de agua para consumo humano con la luz del día.

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