Semen de toro y cocaína: la “pócima mágica” que el médico le daba a Hitler para que se sintiera indestructible
Theodor Gilbert Morell llegó al Führer de una manera casual, un día que el criminal nazi se sentía mal. Una misteriosa inyección hizo que Hitler lo adoptara para siempre como su médico personal. Los jerarcas militares no lo querían cerca y lo consideraban peligro. Pero el hombre se hizo millonario con su droga milagrosa. Cómo fue su huida del búnker