Una infidelidad, 18 mil análisis de ADN y un sospechoso que no encaja en el perfil: la trama del brutal crimen que conmocionó a Italia
Massimo Bossetti recién supo, a sus 43 años, que su padre no era su padre biológico cuando lo acusaron de haber matado a Yara, una niña de trece años. Era bien parecido, estaba en forma, tenía ojos azules y tres hijos pequeños: no cumplía con el estereotipo de un asesino perverso. La historia de un asesinato por el que las autoridades invirtieron tres millones de euros