Me había creído tan Mafalda y por la infertilidad me descubrí Susanita
El diagnóstico fue una piña en la mandíbula que me llevó al universo de los que quieren y no pueden. Los estudios invasivos, las miradas culpabilizantes. Y un camino de salida que se convirtió en un libro
Gestar para otros
María vive en Miami, Florida, y puso su vientre para gestar un bebé para una pareja de otro estado de Estados Unidos. No se dio cuenta hasta el momento del parto, dice, de lo especial que era el “regalo” que ella les estaba dando. Así lo nombra y se llena de emoción. Cuenta que lo hizo para ayudar, pero también por el dinero. Y que aquello fortaleció la relación con sus propios hijos. Lo acunó las primeras 12 horas. Fue a sus 44 años. María no es su verdadero nombre.
Los hijos que no llegan, pero están
Camila Crescimbeni (Argentina) aprendió que cuando un hijo muere durante la gestación es importante agradecerle por haberlos elegido como padres, darle un espacio, hacer los ritos, hablar, echar luz en lugar de sombras a ese suceso trágico para que aquello ilumine la próxima búsqueda. Llevarlo consigo en lo que viene, integrar el dolor para transformarlo y que no nos impida seguir. Homenajeada por sus pares diputados, en el Congreso de la Nación, en 2022, aquí nos cuenta su historia.
Sin hijos se puede ser feliz
Raquel (República Dominicana) no es su verdadero nombre. Tuvo a su hijo por donación de óvulos y de esperma después de un largo camino. Agradece haber tomado esa decisión y alienta a otras a no tener miedo. Y aunque le va a contar a él la verdad acerca de su origen (algo que por otro lado es su Derecho), prefiere ocultárselo al mundo.
El tabú de la ovodonación
Raquel (República Dominicana) no es su verdadero nombre. Tuvo a su hijo por donación de óvulos y de esperma después de un largo camino. Agradece haber tomado esa decisión y alienta a otras a no tener miedo. Y aunque le va a contar a él la verdad acerca de su origen (algo que por otro lado es su Derecho), prefiere ocultárselo al mundo.
Sanar para concebir
Cuando Jorgelina Galera (Argentina) hizo su inmersión en centros de fertilidad se sintió envuelta en una rutina de automatismos que nada tenía que ver con el llamado ancestral de dar vida. Decidió frenar y mirar hacia adentro. Hoy acompaña a otras a desandar los mandatos, un camino en paralelo.
Contar con el otro
Gaby y Carlos (Paraguay) están en el medio del río. En estos dos años de búsqueda de un hijo tuvieron que aprender a comunicarse como pareja, entender que no había nada que ocultar y que compartir con otros, en una sociedad tan conservadora, era ayudar a derribar tabúes absurdos.
Quién dice cuándo
Cuando logró ser madre con ayuda de la ciencia a sus 49 años, la periodista Alejandra Matus (Chile) se sintió juzgada. De joven no le había interesado el tema hasta que un embarazo no deseado lo cambió todo: su animalidad de hembra gestante de despertó. Con su primer hijo agotó sus últimos óvulos. Más tarde, volvió a pedir ayuda a la medicina reproductiva.
El límite y la adopción
Julieta Barbarán (Argentina) sintió que había llegado a un límite con la medicina reproductiva y decidió escuchar a su cuerpo y a sus emociones para decir: “Hasta acá”. Lo que siguió fue un camino desafiante en el que se propuso dar amor y cuidado a niños que lo esperaban con ansias: adoptó niños “grandes”.
Mi cuerpo, nuestra decisión
Alex Reyes de Andas (México) es el padre de Victoria, a quien gestó como varón trans. Él nació mujer, por lo que conservaba su útero. A su pareja y mamá de Victoria, Fernanda, la rutina le hacía muy difícil poner el cuerpo. Debieron confiar en ellos mismos, contra todas las críticas. Hoy buscan con dificultad a su segunda hija, que gestará Fernanda, entre tratamientos de fertilidad y tabúes sociales.