La Noche de los Bastones Largos: garrotazos en la “cueva de ratas marxistas” y la dramática fuga de cerebros
En la noche del 29 de julio de 1966, tropas de la Policía Federal reprimieron en Facultad de Ciencias Exactas de la UBA a autoridades, docentes, graduados y estudiantes que resistían a la intervención decretada por la dictadura de Onganía. Fue el inicio de un éxodo de mentes brillantes que devastó al país
La Noche de los Bastones Largos: cuando la dictadura de Onganía quiso destruir la universidad a palazos
La noche del 29 de julio de 1966, tropas de la Policía Federal entraron a la fuerza a Facultad de Ciencias Exactas de la UBA para reprimir a autoridades, docentes, graduados y estudiantes que resistían a la intervención decretada por la “Revolución Argentina”. Los golpearon salvajemente y los encarcelaron. Fue el inicio de una “fuga de cerebros” que atrasó de manera trágica el desarrollo de la ciencia argentina
La Noche de los Bastones Largos: represión salvaje en la universidad y una “fuga de cerebros” devastadora para el país
El 29 de julio de 1966, un mes después de instalada la dictadura que derrocó a Arturo Illia, Juan Carlos Onganía ordenó la intervención de las universidades. La resistencia de las autoridades, los graduados y los alumnos fue reprimida salvajemente. Se inició entonces una verdadera “fuga de cerebros” cuyas consecuencias todavía se sienten hoy en el desarrollo científico argentino
A 55 años de la asunción de Onganía, el dictador que pretendía quedarse 20 años en el poder
Permaneció tres años en la Casa Rosada y no dos décadas como había advertido. La reducción de los salarios, la persecución a los sindicalistas y las intervenciones a las universidades generaron manifestaciones en varias ciudades. Cómo el Cordobazo sacudió los cimientos de un general al que sus propios pares obligaron a renunciar de una manera vergonzosa
La noche de los bastones largos: los garrotazos a la universidad y el mayor exilio de mentes brillantes de la historia
El 29 de julio de 1966 la dictadura de Onganía destruyó por decreto la autonomía universitaria y metió a la policía por la fuerza en las facultades de la UBA. Renunciaron más de 1.300 docentes y centenares de científicos se fueron del país