La sonriente asesina que tenía orgasmos múltiples al matar y fue ejecutada con una inyección letal
Karla Faye Tucker tenía 23 años cuando supo que sentía goce sexual al asesinar. Bajo el efecto de las drogas, el robo en la casa de un amigo terminó en un infierno de sangre y goce. En prisión se casó con un pastor, se convirtió al cristianismo y pidió perdón por sus crímenes. Muchos no le creyeron, pero hasta el Papa Juan Pablo II pidió por ella. La condena a muerte, el martes 3 de febrero de 1998, la convirtió en la primera mujer en 135 años en ser ejecutada en el estado de Texas