Reinas hermanas y enemigas: el odio las separó en vida, el sepulcro las unió en la muerte
Bloody Mary fue el apodo de una, pero la otra no se quedó atrás en la afición por hacer rodar cabezas, incluida la de su prima María Estuardo. Una fue acérrima católica, la otra, fanática antipapista. Pero el destino quiso que se sucedieran en el trono