Eva De Dominici: “Si no actuaba, el dolor y los fantasmas de mi infancia me comían viva”
La tristeza “aún insuperable” por la separación de sus padres y la demencia de su abuela fueron algunas de las marcas de su niñez, entre Lanús y Villa Fiorito, donde creció sin lujos pero con la misma determinación con la que hoy se abre camino en Hollywood. Habla del terror que tenía a ser mamá. De la experiencia “poco romántica” de un embarazo con incertidumbres y de un parto con sabor a “orfandad”. El vínculo “transformador” con su hijo Cairo, el amor junto a Eduardo Cruz Sánchez y la intimidad de la nueva vida que comparten en Los Ángeles con vistas a un futuro sin fronteras