Tras la actuación del ejército durante la breve vigencia de la ley marcial, renunció el ministro de Defensa surcoreano
Kim Yong-hyun, uno de los responsables de la medida que generó caos en el país, puso su cargo a disposición del presidente Yoon Suk-yeol, quien a su vez enfrenta una moción de destitución en el parlamento