La verdadera historia de las brujas de Salem: histeria, fe y tragedia en la América colonial
En medio de un clima de superstición y represión, un grupo de niñas desató una serie de acusaciones que terminó en torturas, ejecuciones y la destrucción de una comunidad atrapada en una de las cazas de brujas más trágicas y famosas de la historia
La verdadera historia de las brujas de Salem: oscurantismo, superstición, odio y un juicio que se cobró 19 vidas
El 8 de febrero de 1692, el médico de una pequeña comunidad de pescadores de Massachusetts “diagnosticó” que dos niñas estaban poseídas por el demonio y, a partir de allí, se desató una verdadera caza de brujas que incluyó encarcelamientos, torturas, ejecuciones en la horca y un linchamiento
Acusaciones delirantes y puritanos que decidían entre la vida y la muerte: la despiadada “cacería de brujas” en Salem
En el siglo XVII, en el norte de estado de Massachusetts, en Estados Unidos, este pueblo se ganó el mote de “la ciudad de las brujas”, no por sus adorables tiendas de Halloween, sino por su pasado marcado por el horror: el calvario vivido por unas 20 mujeres asesinadas tras un juicio “por brujería”. Cómo se generó una psicosis religiosa entre los pobladores
Negocios, oportunismo, efectos alucinógenos e histeria colectiva: la verdad y el mito a 330 años de “las brujas de Salem”
Entre julio y septiembre de 1692 fueron acusados de cometer brujerías entre 150 y 200 vecinos en las colonias británicas de los Estados Unidos: veinte murieron en la horca y cinco en la cárcel. Fue el saldo de la caza de brujas más salvaje de la historia. ¿Qué pasó con la supuesta influencia demoníaca en un pueblo de Massachusetts?
Las brujas de Salem: niñas “poseídas” y desnudas en el bosque, fanatismo, codicia y un hongo alucinógeno
Hace 330 años, en febrero de 1692, el extraño comportamiento de unas niñas en un pueblo de pescadores desató la “cacería de brujas” más siniestra de la historia de las colonias británicas en Norteamérica, con un saldo de 19 muertos, más de 150 encarcelados y robo de propiedades de las víctimas. Fue el resultado de un cóctel explosivo que combinó supersticiones, fanatismos religiosos, intereses económicos, fenómenos psicológicos y hasta una intoxicación como factor desencadenante