Jugó en el Inter, fue considerado “el mejor entrenador del mundo”, pero cayó en las garras del nazismo y fue asesinado en Auschwitz
El Mago Arpad Weisz murió de hambre y frío hace 87 años en un campo de concentración. Hábil extremo izquierdo en su etapa como futbolista, descolló como director técnico, función en la que resultó un adelantado a su época. Pero su fama no le sirvió para escapar al holocausto