El periodista que pasó 300 días secuestrado por Al Qaeda: “Lo único que deseaba es que mi muerte fuera rápida y no doliera”
De paso por Buenos Aires, adonde vino para escribir un libro, Antonio Pampliega recuerda su odisea en Siria. Lo vendió su traductor, creyeron que era un espía y, asegura, “me convirtieron en su perro”. Hoy, aunque volvió a cubrir conflictos en Medio Oriente, sostiene: “Ningún reportaje vale mi vida”.