Son jóvenes con discapacidad que tienen entre 18 y 40 años y trabajan en Café Positivo, una forma de inclusión laboral nacida del compromiso y la tarea conjunta entre la Fundación Pertenecer y el Municipio de San Isidro.
Un espacio de gran visibilidad ubicado en la plaza Yrigoyen de San Isidro cuyo principal objetivo es generar oportunidades ocupacionales que respondan a la demanda laboral de personas con discapacidad. En nuestro país un 10 por ciento de las personas tiene alguna discapacidad. De las personas con discapacidad mental-cognitiva, el 70 por ciento son inactivas y muchas de ellas creen que no van a conseguir trabajo a causa de su discapacidad.
En ese sentido, Café Positivo es un lugar en el que estos jóvenes pueden asumir un rol que les permite ser reconocidos tanto económica como socialmente. Las personas con discapacidad que se integran a una tarea grupal y participan no sólo en la elaboración de productos gastronómicos sino además en su venta y atención al público.
En Café Positivo, las personas con discapacidad participan de la elaboración de productos gastronómicos, la venta y la atención al público
El emprendimiento nació tras un cruce de oportunidades que vieron la luz en el momento justo. Gabriela Mundin, presidenta de la Fundación Pertenecer, señala: "El año pasado la Secretaría de Integración y el Intendente nos ofrecieron un espacio sin uso dentro de la Plaza de San Isidro y decidimos poner en marcha el emprendimiento". Aunque no tenían experiencia previa en la atención de un local abierto al público, se dejaron llevar por la intuición y la convicción de que con el compromiso que tenían y lo que sabían hacer alcanzaría: "No habíamos atendido una cafetería pero habíamos realizado actividades gastronómicas abocadas a la producción de tartas, chocolaterapia y panadería a escala familiar dentro de la institución", confiesa Mundin.
Quienes trabajan en el proyecto cuentan con el acompañamiento terapéutico necesario para que puedan adaptarse activamente a las demandas de otros y del entorno que habitan.
Desde un inicio el proyecto contó con el compromiso personal del intendente Gustavo Posse: "El Municipio da las garantías de bromatología respecto del funcionamiento como en todos los lugares pero además ayuda con capacitaciones y el trabajo en red como herramienta laboral para personas con discapacidad. Queremos que los jóvenes ganen en autonomía y que toda la familia esté involucrada en ese objetivo".
Tanto los funcionarios y profesionales que aunaron sus esfuerzos como los miembros de la Fundación Pertenecer creen que el rol del trabajador no sólo dignifica a estos jóvenes, sino que además, los ayuda a incorporarse a la vida adulta, adquirir autonomía y responsabilidad para así poder diseñar su propio futuro.
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