"A mí el futbol me salvó", dice Rocío Oliva, la joven que a los 12 años tuvo que reponerse del homicidio de su padre y hacerle frente a la vida junto a su mamá. Aunque en su momento el caso cobró notoriedad mediática, la gran popularidad de Rocío vino de la mano de su noviazgo con Diego Maradona. El impacto informativo surgido de esa relación la convirtió en una celebridad mundial pero también en una referente para las chicas amantes del fútbol.
Separada del "Diez" y de vuelta a la Argentina tras una larga temporada acompañando al astro en Dubai, Rocío se decidió a repartir su tiempo entre la dirección técnica de la escuela de fútbol femenino que fundó y algunas actividades sociales con las que decidió comprometerse.
Una de esas acciones es su madrinazgo de la Liga del Fútbol Femenino Inclusivo, un proyecto de la Escuela de Fútbol Inclusivo desarrollado por la Asociación Civil Andar que busca resolver la falta de oportunidades para el desarrollo del potencial de niños y niñas con discapacidad.
La iniciativa convoca a niños con discapacidad de entre 6 y 15 años de escuelas especiales para formar parte de un espacio de aprendizaje a través de este popular deporte. Se trata de una actividad que permite que el juego sea el factor de acercamiento entre niños y niñas para una aceptación fomentada a través de la práctica deportiva, el juego y la recreación.
Oliva dice que no dudó cuando le propusieron ser la madrina de un grupo de chicos que participan activamente de un espacio en el que el juego, la libertad y los valores constituyen elementos esenciales para crear otro escenario social en el que los jóvenes se reconocen, se aceptan y se toleran. Esta ex jugadora que tan tempranamente vistió las casacas de River y de Platense se entregó en cuerpo y alma a esta actividad solidaria fomentada por la AFA y por Andar.
Ella cree que la Liga del Fútbol Inclusivo solidifica dos grandes fenómenos: la solidaridad y el fútbol femenino en general. "Hubo un gran avance. Más que el lugar que tiene el fútbol femenino, lo que cambió es el lugar que tiene la mujer en la sociedad. Hace unos pocos años jugar al fútbol era muy difícil siendo mujer. Todos te decían que no te metieras en eso. Yo hoy en día tengo una escuela de fútbol en donde aprenden y entrenan 30 nenas. Para mí eso está buenísimo y siento un gran orgullo por eso", reflexiona Oliva.
Hoy las chicas integradas al fútbol inclusivo saben que cuentan con el apoyo total de Rocío Oliva. Es que esta joven pudo aprovechar su experiencia y una popularidad ganada por una circunstancia personal para ponerla al servicio de su pasión y a favor de la diversidad y la inclusión.
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