Se dice que un día la soprano portuguesa Regina Pacini se topó en su Lisboa natal con un gran barítono retirado que dormía por las noches en el banco de una plaza. Aquel descubrimiento generaría un enorme impacto en el alma de la soprano: no pudo evitar pensar en la cantidad de artistas que podrían estar pasando por una situación idéntica. Ese mismo día se prometió a sí misma que si la vida le daba la oportunidad, haría algo para que nadie que se haya entregado al público en un escenario tuviese que transitar una experiencia tan dolorosa.
La Casa del Teatro fue fundada en 1938 con la misión de dar cobijo y contención a los cientos de artistas que tuviesen dificultades económicas y habitacionales
Su deseo pudo cumplirse unos años después, viviendo en la Argentina, la patria de su esposo. Quiso el destino que éste, el doctor Marcelo Torcuato de Alvear, fuese electo presidente de los argentinos. De tal suerte, convertida en primera dama, Regina dio vía libre al viejo anhelo: en 1927 mandó a construir un edificio que sirviera de cobijo y contención a los cientos de artistas que tuviesen dificultades económicas y habitacionales.
El proyecto se llamó Casa del Teatro y fue emplazado en la opulenta avenida Santa Fe a metros de su cruce con Libertad. Aunque la obra pudo ver la luz una década después de que su marido entregara la banda presidencial, ella fue invitada con honores a la inauguración.
Desde aquel 4 de enero de 1938 la institución se dedicó de lleno a ayudar a todo actor o cantante que, por distintas circunstancias de la vida, necesitase abrigo y contención. La Casa del Teatro alberga hoy a más de 40 huéspedes que dedicaron su vida al espectáculo y sirvieron a la identidad cultural de los argentinos.
Hoy alberga a 40 huéspedes y se nutre de un ingreso proveniente del abono mensual de sus residentes
El edificio cuenta con habitaciones individuales muy confortables y brinda un servicio de comidas y enfermería las 24 horas a sus moradores. Posee un salón de usos múltiples, una biblioteca con cinco mil libros y tres museos dedicados a Carlos Gardel, a Regina Pacini y a Iris Marga, la actriz que más años presidió la entidad.
Desde que nació, la Casa se nutre de un ingreso proveniente del abono mensual de sus residentes. Pero está claro que esa entrada no cubre los gastos que generan los servicios que se brindan y el personal que los realiza. El alquiler de los dos locales de la planta baja que dan a la calle, de los pisos donde funciona el Instituto Nacional del Teatro y del Teatro Regina, representan parte de los ingresos con los que la Casa del Teatro se mantiene.
Otro ingreso importante es La Boutique que funciona todo el año. Además, hace tiempo que se realiza la Feria de los Artistas, una actividad muy exitosa que sirve para reunir fondos. ¿De qué se trata? De la venta de prendas y objetos que fueron usados y donados por cientos de artistas. Por eso en este punto la solidaridad se vuelve imprescindible. Suele suceder a mediados de cada año y allí el público se acerca, revuelve y compra desde libros y blusas de reconocidos artistas hasta bijouterie y ropa a estrenar. Algunas pueden llegar, incluso, a estar apenas usadas por figuras como Natalia Oreiro, Florencia de la V, Beatriz Bonnet, Mirtha Legrand, Nacha Guevara o Thelma Biral.
Otro ingreso importante proviene de “La Boutique”, un local que funciona todo el año y vende prendas y objetos que fueron usados y donados por cientos de artistas
El resultado económico suele ser muy provechoso y permite la posibilidad de que nuestros artistas mayores puedan seguir accediendo a un hogar y una vejez digna, en la que los cuidados más básicos y esenciales estén presentes.
Hoy, el hogar de nuestras estrellas, la Casa del Teatro sigue en pie. Linda Peretz, la eterna Flaca Escopeta, es la presidenta desde noviembre de 2016 y es una de las impulsoras incansables para continuar con el sueño de Regina Pacini. Aquella sensible artista portuguesa, apoyada por su marido presidente de la Nación, que se entregó a la tarea de brindar la oportunidad de ser felices a quienes dedicaron su vida a la cultura y la alegría de los argentinos.
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