Hace 25 años a Juan Carr se le ocurrió crear un movimiento social y cultural denominado Red Solidaria. Fue tan trascendente su labor allí que en siete oportunidades se lo postuló para el Premio Nobel de la Paz.
Siempre fue un emprendedor y como tal, una persona que constantemente se renueva y actualiza. Así fue que las redes sociales comenzaron a ser parte fundamental de su vida cotidiana y solidaria.
Estas nuevas vías tecnológicas de acercamiento y contacto entre la gente se volvieron imprescindibles para organizaciones como la suya cuyo objetivo es ayudar. Día a día las redes sociales van evidenciando su utilidad como vehículo para encauzar pedidos de ayuda, salvar vidas y contribuir a campañas de difusión y educación.
Las redes sociales son de gran ayuda para la labor solidaria de Juan Carr. Le sirven para encauzar pedidos de ayuda, salvar vidas y contribuir a campañas de difusión y educación
Hace un tiempo, a partir de un tuit, Juan Carr pudo llegar a los miles de seguidores de su organización: "Se acaba de romper un récord en la historia de la medicina y de la cultura solidaria argentina!!! 2200 personas donan sangre en un día", decía el texto.
Semejante efecto tomó por sorpresa a todos, incluido al propio Carr, que desconocía la potencia de las redes sociales y los beneficios que podían llegar a reportarle a su trabajo solidario.
Como se sabe, una de líneas más fuertes en las actividades de Red Solidaria es la colaboración con la búsqueda de personas perdidas. Su fundador sostiene: "Todos los días se pierden en la Argentina entre una y tres personas. Por fortuna la mayoría regresa a sus hogares sana y salva", señala.
"Es cierto que aún seguimos buscando a María Cash y a Sofía Herrera, pero la Argentina no es un país para desesperarse", añade. Para Carr las redes sociales se vuelven cada día más importantes en esta tarea: "Una vez se nos ocurrió arrancar con el alerta solidario vía WhastApp y el resultado fue impresionante. Ahí supimos que de cada 38 argentinos que usan WhastApp hay uno que está conectado a la red solidaria y cuando alguien se pierde mandamos la información por allí. Cuando enviamos la foto, a los 20 minutos en 520 ciudades ya estaba la imagen del que se había perdido ¡todo por WhatsApp! Por eso en estos días de 300 búsquedas, 270 culminan con éxito", recalca.
Todos los días se pierden entre 1 y 3 mujeres en Argentina. Pero casi el 90% de los casos termina con éxito
Sin embargo, para Carr el destino de las redes sociales es una incógnita. "Si bien hay unas 11 mil personas que no sabemos quiénes son pero que conforman una pata positiva en la Red Solidaria no se puede saber hacia dónde va todo esto. Como en cualquier actividad solidaria hemos tenido malas noticias. No nos pasó a nosotros pero sabemos que en las redes hay gente oscura, hay casos de grooming (acoso a menores en las redes). Repito: no nos tocó a nosotros pero sabemos que esas cosas pasan", sostiene.
Un gran tema que también motiva a Carr es lograr el achicamiento de la brecha tecnológica. Para él hay dos grandes temas allí: la edad y los recursos. "Los que estamos en las redes y tenemos acceso a la tecnología tenemos que tratar de que todo esto se democratice cada vez más. Hay hogares en los que todavía se sientan de a 10 personas alrededor de una compu", afirma.
Además de trabajar incansablemente por la búsqueda de personas desaparecidas, Juan Carr lucha por la donación de órganos y la reducción del hambre
Su organización sigue trabajando en varios frentes. Se sabe que Juan Carr trabaja constantemente por la donación de órganos y por la reducción del hambre en la Argentina. Sus campañas de difusión, sus convocatorias permanentes a hacer el bien y ayudar a los demás tienen ahora un nuevo y gran aliado.
En definitiva, las redes sociales como nuevas protagonistas de la revolución tecnológica son un gran lío. Y para Carr eso es una gran noticia: "Todo lo que sirva para hacer lío por el bien, yo lo celebro", culmina.
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