Desde niño, el maestro orfebre Juan Carlos Pallarols encontró en el metal su lenguaje. Hace siete décadas que sus creaciones, concebidas entre el fuego y el arte, terminan convertidas en símbolos de nuestra historia.
Un detalle repetido en su obra son las rosas, todo un sello del artista. Algunas de ellas llegaron a manos de reinas o jefes de Estado y otras, como estas dos, persiguen un propósito más social y colectivo.
Se trata de "Dos rosas por la paz", un proyecto cuya inspiración está enraizada en la historia de Malvinas. El sueño de Pallarols es que esta obra se convierta en un aporte a la paz. De hecho a él le gustaría que esas dos rosas "sean para siempre el símbolo del acuerdo entre dos, de la unión entre dos. La base de todo acuerdo comienza con una unión entre partes", sentencia el artista.
Lo más impactante de esta creación es el material con el que está hecho: balas y restos de fuselaje que se usaron en la guerra.
En conjunto con todos los que se acercan a participar en su atelier emplazado en el barrio de San Telmo, Pallarols realiza dos rosas que ya fueron donadas a los cementerios de Malvinas: el de Darwin, donde descansan los soldados argentinos, y el de San Carlos, donde yacen los restos de los combatientes británicos.
Un familiar de un caído argentino llevará una de las rosas a los caídos británicos y a su vez, un familiar de un caído británico llevará la otra ofrenda a los caídos argentinos.
Pallarols realiza reuniones y asambleas periódicamente en las que todas las voces son escuchadas y encuentros que él denomina "Ceremonias de fundición" en las que veteranos de guerra, junto a familiares de caídos y ciudadanos de Argentina y Gran Bretaña, agregan vainas servidas en la guerra al crisol del que se obtienen los lingotes de bronce con los que luego se modelarán los pétalos. Cada participante aportará también, además de su voz y su trabajo, su firma en un libro de actas como muestra de apoyo a la ofrenda.
Hay dos cualidades que todo orfebre debe tener: pasión y paciencia. Pallarols tiene ambas y las heredó de su abuelo. Una vez más, esas cualidades lo empujan a abrazarse a una cruzada colectiva.
Una vez más, el arte y la guerra, fundidos como el metal de estas dos rosas, serán utilizados para crear un instrumento de paz y solidaridad entre los pueblos.
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