Muy pocos argentinos desconocen el nombre de Ricardo Gutiérrez ya que le da nombre al primer y más importante Hospital de Niños que tuvo el país desde 1875. Por entonces, algunos le adjudicaban la obra a la Sociedad de Beneficencia de la época pero muchos otros, en tanto, sostienen que la iniciativa fue casi exclusiva de ese obcecado médico que quería fundar una institución modelo.
Durante todo el siglo XX el Hospital de Niños se transformaría en un referente científico de la pediatría argentina y latinoamericana. En su función de establecimiento asistencial, de formación, investigación y docencia se constituyó en todo un símbolo dentro de la medicina mundial por el novedoso desarrollo de un encuadre inédito entre la madre, el hijo y el contexto familiar de ambos.
Todas esas características fueron heredadas de su fundador y primer director, el doctor Ricardo Gutiérrez, del que tan poco se sabe. Muchos lo consideran un adelantado. De joven, tuvo que abandonar un tiempo sus estudios de medicina para alistarse en el ejército. Muchas décadas después –siendo ya médico- sería la Guerra del Paraguay la contienda en la que el mismísimo doctor Muñiz, su jefe, lo vería ocupando sus horas de descanso en atender niños o en difundir y enseñar acciones elementales de salubridad como, por ejemplo, hervir el agua para poder consumirla.
El hospital Gutiérrez es un referente científico de la pediatría argentina y latinoamericana por su encuadre inédito entre la madre, el hijo y el contexto familiar de ambos
Cristina Galoppo es la actual directora del Hospital y una gran admiradora de la figura de Gutiérrez: "Después de haberlo visto en esas tareas, el doctor Muñiz pide que se lo premie y así lo envían a París, que era en ese entonces el mejor lugar para hacer buena medicina. Allí se formó. Con los más grandes pediatras de la época", sostiene.
Luego de aquella estadía en Francia vuelve al país convencido de que había que crear un hospital de niños. "Las Damas de Beneficiencia fueron muy importantes en aquella creación. Son ellas las que le dan una mano enorme después de una lucha muy intensa. Gutiérrez había enfrentado en Buenos Aires una epidemia de cólera. Es en ese momento en que se creó la primera sede del hospital de niños", dice Galoppo.
Este médico tan particular había cursado sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires, en el que llegaría a ser alumno del filósofo y físico francés Amadeo Jacques en su paso como catedrático por la Argentina.
Gutiérrez se inscribió inicialmente en la Facultad de Derecho pero su gran vocación -que lo siguió hasta el fin de sus días- marcaron su destino juvenil y lo llevaron a graduarse en la entonces escuela de Medicina.
A partir de 1946 el Hospital de Niños de Buenos Aires empezó a llamarse Hospital Ricardo Gutiérrez para homenajear su figura y aporte a la salud
En 1865, como profesional de la salud tuvo que participar en la Guerra de la Triple Alianza. Pero los campos de batalla en modo alguno le resultaban extraños: de joven había abandonado fugazmente sus estudios para incorporarse al ejército, a las órdenes del general Bartolomé Mitre, con quien combatió en las batallas de Cepeda y de Pavón.
Se conoce poco el afán literario de Gutiérrez. En los años difíciles que se vivieron luego de la caída de Juan Manuel de Rosas el médico realizó varios ensayos que, ya a los 22 años, lo hicieron conocido en el mundo de las letras.
Además de soldados adversarios, este pediatra tuvo que enfrentar, a lo largo de su carrera, a las epidemias de cólera de 1867 y 1877 y a la de fiebre amarilla en 1871. Semejante pelea fue concluyente a la hora de considerar absolutamente necesaria la creación del Hospital de Niños de Buenos Aires que, desde 1946, lleva su nombre.
Para el doctor Cosme Argerich, otro médico emblemático de nuestra historia, "Gutiérrez fue un médico genial, de un prestigio único en nuestro país. Su dedicación a los niños desvióle del arte", diría en un artículo de la época."¡Lástima que no haya escrito el poema de la enfermedad, de la agonía o de la salvación del niño, dejándonos el más punzante y el más hermoso de los cantos!", sostendría también.
El Gutiérrez fue el primer hospital pediátrico de América Latina y hoy atiende a más de 1.500 chicos por día
En las décadas del 50 y 60 del siglo pasado los cambios y los avances que se produjeron en el seno del hospital fueron fundamentales para poner en marcha una suma de programas organizados en función de lo que el niño necesita. Sobre todo a los que más dificultades tenían en el acceso a la salud.
El Gutiérrez fue el primer hospital pediátrico de América Latina y hoy atiende a más de 1.500 chicos por día.
Señal de que la obra y el espíritu de su creador continúan intactos.
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