Rasti, un juguete tan argentino como el mate y tan vigente como la pasión por el fútbol

Ese mágico juego conformado por simples bloques plásticos de encastre fue el responsable de generar entre padres e hijos una complicidad única que permitió desparramar por habitaciones y patios enteros una incontable cantidad de autos, casas, castillos y aviones hechos solamente con amor e imaginación

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No puede concebirse la vida infantil sin juego. Es la manera en la que los niños aprenden y se relacionan con el mundo y con otros chicos. Ellos juegan todo el tiempo y no necesitan muñecas o coches caros para pasarla bien durante toda una tarde. A veces, si se estimula la imaginación, alcanza con una escoba, una caja de cartón o algunos lápices.

Rasti es un juego compuesto por bloques plásticos con encastre que viene conquistando a grandes y chicos desde hace 50 años

Hace 50 años en la Argentina un juego compuesto por bloques de plásticos con encastres conquistó el corazón y las habitaciones de padres e hijos. Un slogan se escuchaba en todas las radios del país: "Con tu imaginación y Rasti todo crearás. Pasarás las horas jugando con papá". Miles de cumpleaños infantiles se resolvían con una torta, unas gaseosas y unos ladrillos plásticos de colores. El resultado siempre era el mismo: grandes y chicos jugando y cientos de sonrisas garantizadas.

La responsabilidad de tanta magia, empresarialmente hablando, se la debemos a los integrantes de la familia Dimare, liderados por Antonio, un inmigrante italiano que llegó a nuestro país a los 14 años y que a temprana edad decidió, junto a sus hermanos, ponerse a "producir algo". Como todo tano, indagó primero el universo de la fabricación de pastas. Pero no era eso lo que lo satisfacía. Decidió entonces bucear en la producción de plástico y aquello despertó su pasión. Tomó la decisión de dedicarse a aquello sin imaginar que ese paso marcaría la infancia de generaciones enteras.

Antonio Dimare comenzó a producir juguetes en 1965. Fabricaba juegos de té para nenas. Desde sus inicios se declaró en un admirador del sistema Rasti y de la tecnología utilizada por sus fabricantes alemanes. Siempre los tuvo como modelo y referente. Esa admiración hizo que inundara su casa con ladrillos plásticos para que sus hijos jugaran. Era un gran empresario, pero fundamentalmente un gran padre: compartía horas construyendo casas y objetos con ellos hasta que un día tomó la firme decisión de dedicarse a fabricar juguetes didácticos para armar.

Comenzó a desarrollar, con mucho esfuerzo, su propio sistema de ladrillitos de armado por encastre a los que llamó Plastiblock. Antonio veía en los juegos de construcción una gran herramienta para ayudar a los niños a desarrollarse en distintas áreas y en cada momento de su desarrollo evolutivo. Entendía que así podían experimentar su potencial para construir algo real desarrollando un sentimiento de autonomía y control sobre la realidad.

La producción y comercialización de Rasti está a cargo de la firma Dimare S.A.
La producción y comercialización de Rasti está a cargo de la firma Dimare S.A.

Pasaron varias décadas y la familia constituyó Dimare S.A. una empresa juguetera que hoy posee 85 empleados y que tiene a su cargo la comercialización y producción de Rasti.

La historia de la empresa pasó por todos los vaivenes de la historia económica argentina. Tuvieron momentos de auge y momentos de profunda crisis. Una sola cosa siempre se mantuvo: el espíritu sensible, solidario y emprendedor de su fundador.

La empresa Dimare S.A. posee 55 empleados y está por lanzar un jueguete destinado a chicos con algún grado de discapacidad visual

Esto puede verse en sus actuales desarrollos. Sabrina Dimare describe uno de ellos: "Tenemos un producto que se está lanzando ahora, destinado a chicos con algún grado de discapacidad visual, pensado por diseñadoras industriales cordobesas, que tenían el proyecto pero no tenían la manera de llevarlo a cabo. Así que nos juntamos con ellas y desarrollamos la matricería, el packaging y ahora también las estamos asesorando en el tema de las ventas" dice Sabrina.

Con los Rasti se motiva la creatividad y la imaginación de los chicos
Con los Rasti se motiva la creatividad y la imaginación de los chicos

Los Dimare dicen que cada vez es mayor el número de niños que juegan en su casa y en soledad. Opinan que esta situación hace que el juego pierda uno de sus principales beneficios para los más pequeños: fomentar sus relaciones sociales, aprender a respetar normas, a negociar, a organizarse y a empatizar con el otro. Ellos lo toman como un nuevo desafío para Rasti.

“Rasti permite a padres e hijos jugar por un rato dejando volar la creatividad y la imaginación”, señala uno de los hijos del creador de los famosos cubos de encastre

El avance de la tecnología es parte del asunto. Daniel, otro hijo de Antonio, lo sabe: "La tecnología tiene su lado que no es tan bueno. Los padres lo saben y por eso tratan de sacar por algunos momentos a los chicos de la Tablet o el Smartphone para recurrir a juguetes como Rasti, que permiten a padres e hijos jugar por un rato dejando volar la creatividad y la imaginación", señala.

La empresa sigue apostando por los mismos valores y fuentes de inspiración. Los hermanos Dimare creen que los padres deberían ser parte activa en los juegos de sus hijos. Dedicar tiempo a jugar con los niños fomenta la unión entre padres e hijos, refuerza el vínculo de afecto, cariño y confianza.

Guillermo Andino y Carolina Prat recorrieron la fabrica en compañía de los hijos de su fundador
Guillermo Andino y Carolina Prat recorrieron la fabrica en compañía de los hijos de su fundador
Carolina Prat se interiorizó en los próximos lanzamientos de la firma
Carolina Prat se interiorizó en los próximos lanzamientos de la firma

Todos los padres deberían tener necesariamente un momento en el cual la ropa de trabajo y las preocupaciones queden afuera y abrir un espacio en el que solo existan las ganas de compartir, sin prisa, esos instantes de magia en los que cambien los roles y en los que las risas estén garantizadas.

Los adultos no deberíamos olvidar esa parte de nuestra infancia que nos recuerda lo importante que es imaginar y soñar con que otras realidades son posibles. Los que tenemos cientos de anécdotas vividas con nuestros padres y nuestros bloques de Rasti lo sabemos.

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