Facundo Arana, símbolo de los famosos que luchan por causas solidarias

Integra la lista de los actores exitosos, pero no sólo por su popularidad y reconocimiento, sino por toda una vida asociada a la solidaridad

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Facundo Arana no necesita presentación: actor y músico consagradísimo. Le tocó asumir roles protagónicos en exitosas series televisivas como Chiquititas, Muñeca Brava o Padre coraje. Como si fuera poco, le tocó ser galán y seductor.

Pero tan importante como su trayectoria artística es su vocación solidaria. Detrás de los premios y los autógrafos se asienta una experiencia muy dura que lo convirtió, con los años, en un "embajador de Fundaleu", una organización que lucha hace décadas contra la leucemia.

A los 17 años le detectaron la "enfermedad de Hodgkin", un tipo de cáncer que afectaba sus ganglios linfáticos, el bazo, el hígado y la médula ósea. Pasó muchos años entre quimioterapia, radioterapia y controles. Por suerte todo salió bien y Facundo obtuvo su primer éxito: supo que iba a vivir.

Guillermo Andino y Carolina Prat
Guillermo Andino y Carolina Prat entrevistaron a Facundo Arana

Una parte del tratamiento la hizo en el Centro de Hematología Pavlovsky y otra en Fundaleu, institución a quién él dice deberle la vida. "La cura allí no tiene que ver tanto con el medicamento, sino con cada mimo, con cada palabra de aliento… Tienen una gran puntería para dar amor y una caricia. Y eso es realmente lo que salva vidas", dice agradecido y emocionado.

Los efectos de aquella traumática experiencia adolescente serían múltiples. Abandonó la secundaria por el tratamiento (él confiesa que la hubiera abandonado de buen gusto aún sin el linfoma). Tras haber estado tan cerca de la muerte descubrió que era ridículo hacer algo que no le apasionara, así que decidió seguir su vocación por la música.

Facundo Arana, uno de los
Facundo Arana, uno de los famosos que encabeza la cruzada solidaria

Comenzó con un saxo en su departamento de Junín y Las Heras. Pero tan pronto como sus vecinos acercaran sus quejas al consorcio por el ruido de "la cornetita", se vio compelido a buscar otros espacios menos hostiles.

Una tarde, en la estación de subte de Callao y Corrientes un saxofonista que pasaba la gorra lo vio con su instrumento y lo invitó "a que lo siguiera". Musicalmente, se entiende. Ahí mismo, Arana peló saxo y entusiasmo; y fue tal el fervor nacido allí, que pocos días después ya estaba instalado en otra estación de la misma línea D.

Durante la entrevista, Facundo Arana
Durante la entrevista, Facundo Arana contó que se refugió en la música tras recuperarse del cáncer

Descubrió que aquel sitio lo alejaba de los irritados vecinos y lo acercaba a nuevos espectadores algo menos recelosos. Y hasta un día pasó por aquella estación Lito Espinosa, por entonces guionista de Canal 13. El autor se encontraba escribiendo un guión que incluía entre sus personajes a un joven rebelde, hijo de empresario millonario, que rompía con su familia y se dedicaba al arte. Y ante su vista apareció Arana: joven y alto; rubio y lindo; tocaba el saxo en un subte y vestía campera verde militar y borcegos. No hizo falta más nada. Espinosa lo envió al que sería su primer casting. Y ese casting surgiría el artista que todos conocemos.

Ya era músico y actor. Con los años posteriores, se convertiría en famoso y galán. Ahora que no podía pedir más, sintió que era hora de devolver. Y a Fundaleu le debía mucho. Así fue que asumiendo su gusto por el deporte y aceptando que su fama podría ser de utilidad, en noviembre de 2010 se subió el Aconcagua y en su cima colocó una bandera para generar conciencia sobre la donación de sangre, en conmemoración del 96º aniversario de la primera transfusión en el país.

Facundo Arana, siempre dispuesto a
Facundo Arana, siempre dispuesto a ayudar al prójimo

En 2012 intentó escalar el Everest en el medio del Himalaya. Pero fue evacuado de urgencia por un problema respiratorio. Como no es fácil que se dé por vencido alguien que derrotó un linfoma a los 17 años, el 23 de mayo de 2016 hizo cumbre en el Monte Everest. Cuando llegó, consciente de que era el hombre que estaba en la cima más alta del planeta, envió un mensaje a sus padres, dedicándoles esa coronación a quienes lo habían sostenido para caminar, cuando sus piernas no resistían siquiera el peso de su propio cuerpo.

"Oportunidades para agradecer nos da la vida todos los días. El mero hecho de levantarse a la mañana y tener motores en tu vida que has ido construyendo, ya es suficiente motivo para hacerlo" sostiene Facundo.

Así es él. Siempre en movimiento, aventurero. Dando aliento a quien pasa por su vida. En cada travesía que emprende, sabe como pocos capitalizar su popularidad para crear conciencia sobre los temas que verdaderamente importan. Así es él. Solidario y agradecido.

 

*Por Guillermo Andino y Carolina Prat

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