Sufrió dos violentos robos en sólo 4 días en su casa de Mendoza: “Me ahorcaron hasta dejarme inconsciente”

Ocurrió en la localidad de El Challao. La víctima fue maniatada y golpeada. Los videos de los robos

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Así fue el primero de los asaltos

Sonia, una cosmetóloga de 59 años que vive en el barrio Las Condes en la localidad mendocina de El Challao, fue víctima de dos violentos asaltos en su casa en apenas cuatro días. En uno de ellos, los delincuentes la ahorcaron al punto de que perdió el conocimiento.

El primero de los robos ocurrió el 6 de febrero a las 5.30 de la madrugada. Sonia dormía con las ventanas cerradas y con el aire acondicionado encendido, debido al calor de aquel día. Sin embargo, no fue suficiente para que los ladrones desistieran del plan.

La víctima contó en medios locales que después de que ingresaron, ella se despertó al sentir que la puerta de su habitación se abría y fue encandilada con una linterna. “Decís una palabra y te mato”, le dijeron, de acuerdo con lo que contó la mujer en diálogo con MDZ.

Luego, la maniataron con las manos hacia atrás y la dejaron tendida boca abajo sobre la cama mientras revisaban la casa en busca de dinero. “Estuvieron 50 minutos en mi casa. Cuando terminaron de cargar todo lo que se querían llevar, vinieron otra vez a la habitación y uno me pidió que le desbloquee el celular y el Mercado Pago“, contó.

Cuando logró desatarse, descubrió cómo habían ingresado: “No entendía por dónde habían entrado, hasta que me di cuenta que fue por el comedor, donde habían roto una reja”, agregó.

Sus vecinos le prestaron cadenas y candados hasta que pudiera reparar la puerta, sin imaginar que apenas cuatro días después volvería a ser atacada. Y de manera más violenta.

“Como el otro día habían roto una reja y se habían llevado las llaves de la otra, unos vecinos me prestaron unas cadenas con candado y yo esta mañana los veo en el patio. Empecé a pedir ayuda y entraron. Forzaron la reja y se metieron“, indicó a su turno, en una entrevista concedida al canal Televida.

El lunes 10, a las 7 de la mañana, la cosmetóloga escuchó ruidos y se acercó a la puerta para ver qué pasaba. “Me arrimo y otra vez rompieron la reja. En cuatro segundos ya estaban adentro. Ahí empecé a gritar ‘otra vez no’ y a pedir ayuda. Entonces, uno me tiró para adentro y empezamos a forcejear, pero sacó una punta y el otro me agarró desde atrás y me tomó del cuello”, relató.

En ese momento, los ladrones la atacaron brutalmente. “Con algo me pegaron en la cabeza y me ahorcaron hasta dejarme inconsciente. Me dejaron moretones en todo el cuerpo y varios cortes”, reveló.

Cuando despertó, la casa había sido saqueada. “Otra vez revisaron toda la casa de punta a punta. Se llevaron todo lo que había quedado después del primer robo. Literalmente me dejaron sin nada. Hasta me robaron el celular que compré cuando se llevaron el primero. No tengo ni zapatillas, nada”, lamentó.

Inicialmente Sonia creyó que los agresores eran los mismos en ambos episodios, pero las cámaras de seguridad y la opinión de los investigadores le sugirieron que podrían haber sido personas distintas con algún tipo de conexión.

“Se llevaron las cosas de a poco, con bolsas enormes y mochilas, a través de un descampado hacia el barrio Champagnat“, dijo.

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El segundo de los robos ocurrió el 10 de diciembre

La mujer sospecha que los delincuentes son jóvenes, posiblemente de entre 20 y 30 años, por la forma en que hablaban. “Decían frases como ‘vamos guachín’ o ‘dale guachín’. Podría reconocerles la voz, pero no las caras, ya que actuaron con gorras y con los rostros cubiertos”.

Luego de los ataques, su hermano reforzó la seguridad de la vivienda, pero la víctima asegura que sigue aterrorizada. “Estoy aterrorizada. Me siento presa en mi propia casa y no me animo a salir ni al patio”, dijo.

Sonia enfrenta ahora las secuelas físicas y emocionales de los robos. “Ha sido todo muy violento. He quedado muy asustada, tengo la presión alta y estoy sufriendo de estrés postraumático. Estoy muy lastimada y muy dolorida, no la estoy pasando nada bien”. Finalmente, afirmó: “Los tipos me quisieron matar”.

Los vecinos expresaron su preocupación por la creciente inseguridad en el barrio y aseguraron que los robos son frecuentes y que la respuesta de las autoridades es lenta. “Vos llamás al 911 y podés esperar una hora sin ser atendido”, dijo un vecino consultado por Televida.