Tenía retraso madurativo y lo violaron para usurparle el departamento: la trama de la falsa novia

La semana pasada, la PFA arrestó a un ratero acusado del hecho, ocurrido en Flores en 2023. Meses antes, la Policía de la Ciudad arrestó a una mujer clave en el esquema. La granja de adictos y un food truck de hamburguesas

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Jonathan Alberto Maciel, el principal
Jonathan Alberto Maciel, el principal acusado

El jueves pasado, detectives de elite de la División Homicidios de la Policía Federal arrestaron en un centro de rehabilitación evangélico para adictos de Tortuguitas a Jonathan Alberto Maciel, de 33 años. No era un delincuente de renombre, para nada. Maciel tenía una historia de intentos de varios robos y hurtos, hechos menores por los que terminó condenado a penas menores, dos meses de cumplimiento efectivo, un año y seis meses de ejecución condicional por llevarse comida de un supermercado. En una de esas penas, irónicamente, el Tribunal N°35 le ordenó que haga buena letra y se abstenga de drogarse.

Esta vez, la Federal se lo llevó por su presunta parte en uno de los casos más aberrantes de la historia reciente: violar junto a otros cuatro sospechosos a un hombre de 52 años con retraso madurativo con un juguete sexual, orinarlo incluso. Todo, para usurparle su departamento.

El hecho ocurrió en octubre de 2023. La víctima vivía en un inmueble ubicado en la zona de Juan B. Justo y Nazca. Tras ser echado de su domicilio, llegó a la casa de su hermano, al que le relató todo lo que sufrió. Entonces, el hermano decidió presentar la denuncia, que derivó en una causa a cargo del juez Santiago Bignone y un pedido de captura motorizado por la UFECRI, el área de búsqueda de prófugos de la Procuración a cargo del fiscal José Campagnoli. La víctima, por su parte, se convirtió en querellante.

Juan B. Justo y Nazca,
Juan B. Justo y Nazca, la zona donde ocurrió el hecho

Así, la PFA encontró a Maciel tras semanas de rastreo en la comunidad para adictos Estrella de Belén, regenteada por un pastor, vinculado en la investigación al padre de Maciel, también pastor, un predicador enérgico en redes sociales. Los detectives visitaron el lugar, se encontraron una feria con un food truck de hamburguesas. Encontraron a Maciel en un video de redes sociales. Pesaba varios kilos más que de costumbre; se había teñido de rubio y había afeitado su característica barba. Una pericia biométrica a ese video marcó que era el hombre buscado, con un 97,3 por ciento de certeza.

Pero falta una pieza en este relato: ¿cómo llegaron Maciel y la banda a su víctima, si es que son culpables? Tal vez, por el barrio. En sus causas previas, el ratero reincidente registró ante la Justicia un domicilio a media cuadra del departamento de la víctima que la Policía de la Ciudad allanó para encontrarlo: allí, su madre les dijo que su hijo vivía en la calle, un alcohólico. Hay otro detalle, que está en la letra de la imputación misma. La calificación aplicada en el caso es la de abuso sexual con acceso carnal agravado por su comisión por dos o más personas, en concurso real con lesiones leves agravadas por la relación de pareja mantenida con la víctima.

“Junto a cuatro personas más habría abusado sexualmente de su pareja, quien poseía un retraso madurativo, al que le habrían propinado golpes de puño, patadas y lo habrían quemado con un cigarrillo en distintas partes del cuerpo, a la vez que lo habrían humillado obligándolo a beber orina”, continúa un documento de la causa.

Maciel, según la Justicia, no era la pareja de la víctima.

Esa parte de la imputación habla de una mujer, hoy detenida por el caso. Se llama María Celeste Juárez, de 41 años. Investigadores del expediente aseguran que actuó como una falsa novia de la víctima, que se ganó su confianza, hasta que llegó con el resto de los delincuentes.

Maciel tras su arresto
Maciel tras su arresto

Juárez fue allanada y arrestada a mediados de 2023. En la redada a su domicilio, donde la encontraron, se incautaron dos juguetes sexuales de 17 y 22 centímetros de largo respectivamente.

La mujer declaró en su indagatoria. Aseguró que conocía a la víctima, ya que el hombre de 52 años trabajaba cerca de un kiosco de diarios que ella atendía, cerca de Corrientes y Pueyrredón. Dijo que sabía de su discapacidad, pero que “no era muy ostensible”.

Hoy, Juárez continúa presa. La Cámara Criminal y Correccional rechazó dos recursos planteados este año por su defensa.

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