Dos hombres encapuchados y armados, de madrugada y, como botín, oro en una caja fuerte. Huida y ningún herido. Aún se buscan a los delincuentes.
Como si fuese el guion de un golpe, digno de una película de Hollywood, a las 2:30 de hoy -según se observa en las cámaras de seguridad de la empresa- personal nocturno de la minera San Nicolás, ubicada en la región de Tres Cerros, al norte de la provincia de Santa Cruz, fue maniatado mientras los ladrones se llevaron una caja con pequeñas muestras de oro.
Los delincuentes irrumpieron en el área de laboratorio del yacimiento de oro y plata y, de acuerdo con los reportes oficiales, un técnico que realizaba tareas nocturnas fue sorprendido y reducido por los asaltantes, quienes lo obligaron a proporcionar información sobre la ubicación de la bóveda de seguridad de la empresa. Además, tres mecánicos de la firma Windland, que se encontraban realizando labores de mantenimiento en el lugar, también fueron abordados y atados por los delincuentes.
Tras perpetrar el robo, los asaltantes huyeron del lugar, dejando tras de sí una escena que movilizó rápidamente a las fuerzas de seguridad. Hasta el momento, efectivos de la División Operaciones Rurales de Caleta Olivia solo encontraron una camioneta abandonada en el sector conocido como Bajo Río Deseado, en las inmediaciones de la Ruta Nacional 3. Este hallazgo se convirtió en un elemento clave para el caso que aún no reportó detenciones.
Además, se mantienen los controles en las rutas cercanas y las investigaciones avanzan con la colaboración de diferentes divisiones policiales de la región. “Aún estamos trabajando en el lugar, en la recolección de pruebas y en el análisis de los elementos encontrados en la camioneta abandonada”, confirmaron a Infobae fuentes policiales.
En el caso interviene el Juzgado de Instrucción y Penal Juvenil N°1 de Puerto Deseado, bajo la autoridad de la Dra. Claudia Romero, quien está a cargo de la Secretaría del juzgado y reemplaza, por el momento, a la Dra. Stella Marys Inayado, de licencia. “Aún no tengo información relevante del caso”, afirmó Romero en comunicación con este medio.
En paralelo, un amplio operativo policial se desplegó en la zona para dar con los responsables del atraco. Personal de las Divisiones de Operaciones Rurales de Pico Truncado, Jaramillo y Fitz Roy, junto con especialistas de Criminalística y autoridades de la Unidad Regional Norte, trabajan en la escena del crimen y en los alrededores. Además, se implementaron controles en rutas provinciales y nacionales, con patrullajes intensificados en un esfuerzo conjunto por localizar a los responsables.
La Minera Don Nicolás, situada a unos 156 kilómetros al norte de Puerto San Julián, confirmó que las muestras sustraídas corresponden a pequeñas cantidades de oro, cuyo valor en el mercado es bajo debido a su peso. Infobae se comunicó con la firma y, desde el área de Recursos Humanos, se negaron a compartir cualquier tipo de información al respecto, cortando la comunicación.
El antecedente de Patagonia Gold
El yacimiento Cap Oeste, operado por Patagonia Gold y ubicado en las cercanías de Gobernador Gregores, en la provincia de Santa Cruz, fue el escenario de un audaz robo el 16 de abril del año pasado.
Una banda organizada logró sustraer 14 lingotes de oro y plata, cuyo valor superaba el millón de dólares. A más de un año del incidente, los responsables siguen prófugos y el paradero del botín continúa siendo un misterio. El ataque, que tuvo lugar en el área conocida como “goldroom”, donde se procesan y refinan los metales extraídos, fue ejecutado con una precisión que apunta a una planificación meticulosa.
Según informó La Opinión Austral, los delincuentes ingresaron al predio a pie, utilizando un camino alternativo para evitar los controles de acceso principales. Cubrieron sus rostros con medias y usaron guantes de látex para no dejar rastros, lo que evidencia un conocimiento detallado de las instalaciones y de las medidas de seguridad implementadas.
El modus operandi fue similar al utilizado en Minera San Nicolás. El primer guardia fue inmovilizado y maniatado, tras lo cual los delincuentes se dirigieron al sector de producción, donde sometieron al segundo vigilador y al resto del personal.
Posteriormente, utilizaron una amoladora para abrir la bóveda donde se almacenaban los lingotes, que estaban listos para ser despachados al día siguiente. Además del robo, los delincuentes intentaron borrar cualquier evidencia que pudiera incriminarlos, inutilizando las cámaras de seguridad del lugar.