Tres nuevas detenciones se llevaron a cabo este jueves por el crimen de Isaías Benjamín Rivas, el menor de 10 años que falleció tras recibir un disparo en el tórax mientras jugaba en su casa de Guaymallén, Mendoza, el pasado domingo por la noche. De esta manera, el número de sospechosos ascendió a seis: cuatro de ellos acusados de ser los ocupantes del vehículo desde el cual provino el disparo, y entre ellos un joven de 20 años, como el ejecutor.
Se trata de dos hermanos señalados como partícipes del hecho, que se presentaron ante la Fiscalía 1 de la localidad, durante la mañana del 26. Uno de ellos fue identificado con las iniciales C.M.P.M; el otro, en tanto, fue sometido a averiguación de antecedentes. Y un tercero de iniciales L.A.D.P, que fue arrestado poco después. Así l detalló el portal Diario Mendoza.
De esta manera, el cuadro de detenidos por el asesinato del menor, quedó conformado por 7 personas: F.O.N, de 19 años; M.L.F, de 23 años; una mujer de 25 años, cuyas iniciales son M.M.F; N.P de 27 años, acusado de ser el autor material; y los últimos tres detenidos este jueves.
De acuerdo a lo informado por el portal provincial, El Sol, dos de las primeras hipótesis que trascendieron tomaron relevancia tras la última información recopilada por los investigadores.
Por un lado, una posible venganza por un allanamiento relacionado con narcotráfico, ocurrido el año pasado en el domicilio del presunto autor del homicidio. Según el relato de la prensa, en ese operativo realizado en diciembre de 2023 en el barrio San Vicente VI, se incautaron 160 gramos de cocaína, armas de fuego y municiones, y se arrestó a tres personas, entre las cuales figuraba N.P.
A su vez, en la declaración que la madre del menor hizo a dicho medio, resonó la otra línea investigativa que tenía como foco de conflicto una herramienta de trabajo por la cual su hermano había tenido una disputa con uno de los detenidos. La mujer explicó que su familiar le prestó al acusado ese instrumento de trabajo, pero que jamás se lo devolvieron, motivo por el cual les exigió que se la pagaran. Esta versión, había sido mencionada por una vecina del barrio al portal MDZ, como el detonante del fatal desenlace.
Por su parte, los familiares del menor asesinado en la intersección de las calles Ferrari y Mortaro por una bala que provino desde un vehículo gris que pasaba por el lugar, decidieron vengarse por el hecho, y en la madrugada del 25 de diciembre incendiaron y balearon cuatro viviendas de los presuntos responsables, en el Barrio Puente de Hierro.
De acuerdo con la información publicada por el medio local Diario Jornada, debieron intervenir la Unidad Motorizada de Acción Rápida (UMAR), la División VANT con drones y las unidades de Patrullaje y de Acción Preventiva para frenar el ataque y evitar nuevos enfrentamientos.
La causa de muerte del niño se debió a las heridas de gravedad que le provocó un proyectil que le impactó en el tórax. A pesar de los esfuerzos de los médicos del Hospital Notti, donde había sido derivado para recibir la atención necesaria, no lograron salvarlo. “Fueron a matar a mi hijo”, había señalado la madre del niño, en la entrevista con El Sol. “Hoy no solo perdí a mi hijo; me quitaron la posibilidad de verlo crecer”, relataba la mujer de 27 años.
Al mismo tiempo, afirmó que el ataque no había sido accidental y responsabilizó a los detenidos. No obstante, señaló que estaba siendo víctima de amenazas a través de las redes sociales, con advertencias que provenían de un perfil falso. Las advertencias mencionaban que si continúa brindando información a las autoridades, su vida correría peligro. “Si tu hijo está muerto es por tu culpa y la de tu familia”, le escribieron.